El dolor forma parte de la naturaleza humana

¿Cómo afecta a los hij@s que uno de sus padres sufra dolor?

28/7/2016 La Universidad del Sur de Australia acaba de publicar los resultados de 59 estudios clínicos que se han realizado junto a otras Universidades donde se ha comparado como crecen los niños en familias que uno de sus progenitores presenta dolor frente a otras familias donde no existe esta enfermedad.

Dichos estudios revelan que los niñ@s que crecen con uno de los padres con dolor, en su adolescencia, suelen demostrar más empatía, un nivel mayor de resiliencia (capacidad para superar la adversidad) y, además, suelen ser más comprensivos. Curiosamente muchos de estos niñ@s en su madurez suelen elegir profesiones que tienen que ver con la salud y la ayuda a otras personas como son: medicina, psicología, enfermería, farmacia, asistente social, profesores y otras.

Además, los psiquiatras españoles indican que la edad del menor resulta muy importante. Los más pequeños lo vivirán de una manera y los adolescentes de otra. En resumen los resultados afirman que estos niñ@s son más colaboradores y, en su infancia suelen ser más flexibles. ?Desde muy pequeños se acostumbran a viajar. Van con sus padres de médico en médico tratando de buscar una solución al problema con lo que desarrollan una gran flexibilidad para vivir en cualquier parte del mundo y desarrollan una mayor responsabilidad al tener que realizar tareas diferentes frente al resto de niños. Comprueban de primera mano lo importante que es dominar otros idiomas?, señalan los expertos.

Hay un dicho entre los profesionales de la enseñanza que dice: ?dime cómo es un niñ@ con 7 años, y te diré como será de adulto?.

Los expertos demuestran que así es.

La mayoría de los pequeños que tienen a alguno de los padres con dolor en su adolescencia superan mejor las adversidades, tienen mayor inteligencia social y emocional en su desarrollo, por las circunstancias que han tenido que vivir de pequeños.

En medicina no hay nada exacto. Es un cálculo de los estudios que se han realizado y se centra en los resultados de estos estudios.

Así pues, estos niñ@s tratan de buscar soluciones desde muy pequeños con lo que se convierten en líderes desde su adolescencia y muestran tener una mayor resiliencia a lo largo de su vida (capacidad para superar la adversidad).

Sin embargo, obviamente los padres lo ven desde otro punto de vista al estar sumergidos en este problema y desarrollan un gran sentido de culpabilidad y amargura, que se suma a su sufrimiento y dolor.

Una de las madres consultadas afirma ?ser madre o padre resulta en sí un duro trabajo cuando las cosas van bien. Así que cuando uno de los padres sufre dolor crónico el tema aún se complica más en el cuidado diario y la educación de los hij@s?, señala.

Por su parte los psiquiatras españoles consultados afirman que los padres se agobian muchísimo más que los propios niñ@s. Más de un 80% de las personas que sufren dolor presentan también cuadros de ansiedad y depresión asociados. Sin embargo, los niñ@s tratan de buscar soluciones. Su cerebro tiene una mayor espasticidad que la de los adultos. De ahí el desarrollo de sus altas capacidades, en muchas de las ocasiones.

Sara es una madre que describe sus experiencias criando a su hija de dos años. ?No puedo vestirla yo sola, o atar sus zapatos. No puedo cuidar a mi hija más de una hora sola?, explica.
Expertos españoles indican, lógicamente esta niña aprenderá a desenvolverse por sí misma antes, como puede ocurrir, por ejemplo, en las familias muy numerosas.

Entender como a los niños les afectada el dolor crónico de uno de sus progenitores resulta un tema importante sobre el que la sociedad española no se preocupa, mientras que otros países sí.

¿Qué revelan los estudios internacionales sobre este tema?

Recientemente, un equipo de investigación con sede en el Centro para la investigación pediátrica del dolor (IWK Health Centre, Halifax, NS, Canadá) publicó un documento sobre el dolor, donde revisaron los resultados de 59 estudios de investigación observando a varias familias que sufrían esta situación. Se analizó la salud física y psicológica de la familia y el comportamiento de su descendencia (desde recién nacidos hasta edad adulta de padres con dolor crónico). Estos datos se compararon con familias cuyos descendientes eran padres que no sufrían dolor.

Un aspecto único de esta revisión es el hecho de que los expertos emplearon un enfoque con métodos-mixtos, incluyendo estudios cuantitativos y cualitativos.

Así pues, los estudios cuantitativos revelaron que las madres embarazadas que sufrían dolor tenían niños con bajo peso al nacer y mayor número de ingresos en cuidados intensivos neonatales. Respecto a su salud psicológica, los estudios revelaron que la descendencia de padres con dolor crónico tendía a tener más problemas de internalización en su infancia (presentaban más ansiedad y depresión), frente a las familias cuyos padres no tenían dolor crónico.

Sin embargo, cuando estos estudios se realizaron de forma cualitativa en la adolescencia de los niñ@s afectados por este problema, los datos demostraban resultados completamente diferentes.

Adolescentes capaces de superar la adversidad

Estos adolescentes ?que habían convivido con padres con dolor- mostraban una mayor independencia a una edad muy temprana. Estos niñ@s presentaban un intenso sentido de la compasión y la empatía frente al resto de niños que no habían sufrido estas circunstancias.

En estos estudios los niñ@s que habían crecido con padres con dolor y fueron entrevistados hablaron de algunos de los aspectos más positivos de tener un padre con dolor crónico.

Por ejemplo, estos niñ@s desarrollaron más empatía y comprensión con otras personas y supieron enfrentarse a circunstancias difíciles sin caer en ataques de pánico en su madurez. No aceptaban un ?no? por respuesta. Demostraban más tenacidad.

Niña corriendo BUENA

Por lo tanto, existe evidencia científica de que los aspectos positivos o constructivos de crecer con uno de los progenitores afectado por dolor crónico se producen también.

De momento, en el área de investigación, nos hemos centrado en comparar grupos de descendencia cuyos padres no sufren dolor frente a los niños que crecen con padres que sí sufren dolor crónico.

Sin embargo, todavía los especialistas no han descubierto los factores que predicen que descendencia cuyos padres tienen dolor crónico están más expuestos al riesgo de sufrir más dificultades, y cuales podrían estar más protegidos de estos efectos.

A medida que aprendemos más sobre cómo apoyar a los padres con dolor crónico y a sus hijos, se puede estudiar intervenciones que pueden ayudar a estas familias.

Por ejemplo, mientras que muchos adultos con dolor crónico reciben información útil de grupos para gestionar su propio dolor, estos grupos deberían incluir también grupos de apoyo para sus hij@s y, los padres deben facilitar a estos niñ@s -que ya tengan cierta edad- los conocimientos suficientes para entender este tipo de situaciones.

Los especialistas indican que resulta muy importante incluir información de cómo hablar a los hij@s sobre el dolor. ?Las enfermedades y el dolor forman parte de la naturaleza humana y no se debe ocultar a los niñ@ cuando estos ya tienen cierta edad porque es una manera de aislarlos y ellos deben saber que ocurre en la medida que sea posible?, explican los psicólogos que colaboran con AEPA ATM.

?Un adolescente notaba que su madre se distanciaba de él. Al final el adolescente se refugió en el deporte, pero la convivencia era extraña. El adolescente hacia todo lo posible por no volver a su casa a horas tempranas. Como especialistas, le comentamos a sus padres que le informaran de la situación, ya que tenía la edad y la madurez para entenderla. El dolor no es un misterio. Forma parte de la naturaleza humana, como otros temas. Ocultarlo sólo acarrea problemas emocionales para todas las partes y alejamientos emocionales?, revelan estos expertos.

Es necesario desarrollar y probar algunas intervenciones que podrían ayudar a padres con dolor crónico y a sus hijos a obtener mejores resultados para gestionar este tipo de situación.

Departamento de Prensa de la Asociación Española de Pacientes con Dolor Neuropático con la asesoría de psiquiatras y psicólogos que colaboran con nuestro Comité Científico.

References:

[1] Erdreich, S. (2015, January 2). Parenting with chronic pain. Slate. Retrieved from http://www.slate.com/articles/life/family/2015/01/parenting_with_chronic_pain.html
[2] Christy, E. M. (2014). Why Does Mommy Hurt? Helping children cope with the challenges of having a caregiver with chronic pain, fibromyalgia, or autoimmune disease. Denver, CO: Outskirts Press.
[3] Higgins, K. S., Birnie, K. A., Chambers, C. T., Wilson, A. C., Caes, L., Clark, A. J., Lynch, M., Stinson, J., & Campbell-Yeo, M. (2015). Offspring of parents with chronic pain: A systematic review and meta-analysis of pain, health, psychological, and family outcomes. PAIN, 156, 2256-2266. doi: 10.1097/j.pain.0000000000000293
[4] Sturgeon, J., & Zautra, A. (2010). Resilience: A new paradigm for adaptation to chronic pain. Current Pain and Headache Report, 14, 105-112. doi: 10.1007/s11916-010-0095-9
[5] Cousins, L. A., Kalapurakkel, L., Cohen, L. L., & Simons, L. E. (2015). Topical review: Resilience resources and mechanisms in pediatric chronic pain. Journal of Pediatric Psychology, 40, 840-845. doi: 10.1093/jpepsy/jsv037

Comments are closed.