Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral de causa desconocida. Los pacientes sufren una significativa reducción del número de neuronas cerebrales, así como la aparición en el propio cerebro de tejidos anormales (placas seniles y ovillos neurofibrilares). Además, las neuronas cerebrales que permanecen intactas muestran una funcionalidad reducida. El resultado es una pérdida progresiva de la memoria, del juicio, de la reflexión y de la capacidad de aprendizaje. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Es incurable y se presenta con mayor frecuencia en las personas mayores de 65 años.

Supondría un "cambio de paradigma" en la investigación contra la enfermedad

representación del cerebro humano

La ciencia está cada vez más cerca de detectar precozmente en sangre los cambios cerebrales representativos del Alzheimer, lo que supondría un verdadero «cambio de paradigma» en la investigación contra la enfermedad.

Durante décadas, los investigadores han buscado un análisis de sangre para detectar la proteína beta-amiloide, cuya presencia en forma de placas en el cerebro es un factor de riesgo significativo para desarrollar Alzheimer. Ahora, un estudio publicado en la revista ‘Neurology concluye que analizar el cociente de b-amiloide 42 y b-amiloide 40 en sangre utilizando un ensayo de alta precisión tiene una exactitud de 94% para diagnosticar amiloidosis cerebral incluso en una mayoría de personas asintomáticas.

El nuevo análisis de sangre identificó a pacientes con depósitos de beta-amiloide años antes de que lo hicieran los escáneres cerebrales PET.

Hay que tener en cuenta que los científicos que prueban nuevas moléculas para combatir el Alzheimer necesitan encontrar a pacientes en las primeras fases de la enfermedad. «Hoy en día evaluamos a los pacientes candidatos a participar en ensayos clínicos con estudios de imagen cerebral, algo que lleva mucho tiempo y es muy costoso (alrededor de 4.500 euros cada prueba)», recuerda el investigador principal del estudio, Dr. Randall J. Bateman, profesor de Neurología, de la Washington University School of Medicine (San Luis, EE.UU.). «Pero con un análisis de sangre podríamos detectar a miles de personas al mes. Esto significa que podríamos reclutar con más eficiencia a los participantes en los ensayos, lo cual nos ayudaría a encontrar tratamientos con mayor rapidez«.

La nueva prueba se basa en la espectrometría de masas, una herramienta utilizada en química analítica que, con los últimos avances técnicos, puede encontrar moléculas de beta-amiloide en sangre con gran precisión. El Dr. Bateman ha estado trabajando con esta prueba durante 20 años.

La idea detrás del análisis de sangre es paradójica: si los niveles de beta-amiloide en la sangre son muy bajos, el paciente puede tener placas en el cerebro. La razón es que esta proteína es «pegajosa». Es decir, a medida que queda atrapada en el cerebro formando placas sus niveles en sangre bajan.

«Los resultados de este estudio son congruentes con estudios previos y apuntan a la posibilidad real de utilizar un biomarcador en plasma para la detección de amiloidosis cerebral. Sin embargo se necesita más investigación«, destacan Barbara Vendlin, del Wisconsin Alzheimer’s Disease Research Center, y el Dr. Henrik Zetterberg, del UK Dementia Research Institute, en un editorial de la revista publicado junto al estudio. 

Hay que tener en cuenta que el uso clínico de una prueba de este tipo aún está muy lejano y, en cualquier caso, que el beta-amiloide no es un predictor perfecto de la enfermedad: la mayoría de las personas mayores sin síntomas con depósitos de amiloide en el cerebro no desarrollarán demencia.

En la actualidad, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es muy complejo. Los médicos se basan principalmente en pruebas de agudeza mental y entrevistas con el paciente y sus familiares, pruebas que implican un importante margen de error.

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Liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)

Publicado el por Somos Pacientes
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