La incidencia a los 2 o a los 5 años es similar con independencia de su consumo

Los alimentos probióticos no protegen a los bebés frente al desarrollo de alergias

Publicado el por Somos Pacientes

Los bebés que toman alimentos probióticos no tienen un riesgo menor de desarrollar una alergia durante la infancia. Como muestra un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Australia Occidental en Perth (Australia) y publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology, la propensión a desarrollar una alergia es similar con independencia del consumo de probióticos –microorganismos que habitan en el intestino y que, por lo general, se agregan a ciertos alimentos como la leche o los yogures.

En palabras de la Dra. Sonia Michail, gastroenteróloga pediátrica del Hospital Infantil de Los Ángeles (Estados Unidos), «hasta ahora, los probióticos han sido considerados comúnmente útiles para algunos niños, aunque su beneficio siempre ha sido muy leve; sin embargo, ahora esta ventaja ha quedado reducida a cero tras la presentación de estos resultados».

Incidencia similar

En el estudio, llevado a cabo con 123 neonatos, los investigadores administraron un suplemento probiótico diario a la mitad de participantes (66) durante sus primeros seis meses de vida. El resto de bebés (57) recibió placebo.

Todos los bebés, con o sin tratamiento con probióticos, fueron considerados como pacientes de riesgo de desarrollar una alergia dado que sus madres las padecían. Y, transcurridos los años, los investigadores constataron que la incidencia de alergia era similar en ambos grupos una vez habían cumplido una edad de 1 a 2,5 años.

Es más; los últimos resultados, obtenidos cuando los participantes han cumplido 5 años, muestran que el 44% de los bebés tratados con suplementos probióticos han desarrollado algún tipo de alergia –como alergias alimentarias, alergias nasales o asma–. En el grupo de niños que recibieron placebo, la incidencia es de un 38%,.

Por todo ello, los autores concluyen que los probióticos no tienen incidencia alguna a la hora de evitar el desarrollo de una alergia. «Unos resultados sorprendentes«, afirma la Dra. Michail.

– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Journal of Allergy and Clinical Immunology’?