El 80% de los infartos de miocardio se pueden prevenir. Así lo ha recordado la Fundación Española del Corazón (FEC) con motivo de la celebración este miércoles, 14 de marzo, del Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular.

Las enfermedades cardiovasculares son responsables del 31,2% de los fallecimientos que se producen en nuestro país, así como del 40% a nivel europeo. De hecho, y con más de 17 millones de muertes anuales, constituyen la primera causa de mortalidad global.

El consumo de tabaco, el colesterol elevado, la hipertensión, la diabetes y la obesidad son los factores de riesgo más importantes de enfermedad cardiovascular. Por ello, la FEC recomienda a la población “seguir una dieta rica en frutas y verduras, realizar ejercicio físico de forma regular, caso de pasear a buen ritmo de 30 a 60 minutos diarios al menos cinco días por semana, y sobre todo dejar de fumar”. No en vano, y de seguir estas directrices, según incide el Dr. Alfonso Varela, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “el riesgo de infarto se puede reducir hasta en un 80%. Y todo ello sin necesidad de tomar ninguna medicación”.

También la obesidad abdominal

El infarto agudo de miocardio provoca casi la mitad de las muertes por causas cardiovasculares. En segundo lugar se posiciona el ictus, responsable de la tercera parte de los fallecimientos. Y en este contexto, subraya el Dr. Valera, “hay que tener en cuenta que padecer varios factores de riesgo no suma, sino que multiplica el riesgo de sufrir un infarto”.

La obesidad abdominal es uno de los factores de riesgo más frecuentes en los últimos años. Además, insisten desde la FEC, “favorece la alteración y aparición del resto de factores de riesgo. Y es que a pesar de toda la información disponible, los factores de riesgo cardiovascular clásicos y modificables persisten”. Además, en los últimos años han surgido nuevos factores, caso de la apnea del sueño, el estrés o la contaminación ambiental.

En definitiva, tanto la FEC como la SEC recomiendan que, cumplida la edad de 40 años, la población acuda al médico de manera regular. En la consulta, con la medida de la presión arterial y un análisis de sangre se puede saber si la presión arterial, los lípidos y la glucosa en sangre se encuentran dentro de los parámetros de normalidad.

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