En el marco del Día Internacional de las Personas Cuidadoras, que se celebra cada 5 de noviembre, organización DEBRA Piel de Mariposa ha lanzado un contundente mensaje sobre la realidad cotidiana de quienes cuidan a personas con enfermedades crónicas y minoritarias. A través de su estudio Vivir con Piel de Mariposa: impacto emocional, social y laboral, la entidad pone cifras al esfuerzo constante y, muchas veces, invisible de los cuidadores (normalmente mujeres) de pacientes con epidermólisis bullosa, también conocida como piel de mariposa.
Este estudio, centrado en la tipología distrófica ?una de las formas más graves de la enfermedad? revela que el 82% de las personas cuidadoras se sienten emocionalmente desbordadas y el 76% ha llegado a pensar que no tenía fuerzas para continuar. En el 76% de los casos, el rol principal de los cuidados recae sobre las madres, y el 95% de los consultados reconoce vivir con un miedo constante a causar daño a la hora de realizar las curas.
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Y es que las personas con piel de mariposa ?una enfermedad que provoca una extrema fragilidad en la piel, donde el más mínimo roce puede causar heridas o ampollas? necesitan curas constantes que, en ocasiones, pueden prolongarse entre dos y cinco horas, y que suelen ser dolorosas. De hecho, tres de cada cuatro cuidadores afirma que el paciente necesita medicación para soportar este proceso de cura.
Todo ello genera una gran carga emocional: el 71% de los cuidadores siente tristeza e impotencia; el 68% padece agotamiento emocional y el 58% ha experimentado deseos de abandonar. Los sentimientos de culpa afectan a más de la mitad de las personas encuestadas. ?El dolor emocional es más duro que el físico?, confiesa Lidia, madre de Leo, un niño de 11 años con piel de mariposa. ?Cuando tu hijo te dice que se da asco al mirarse desnudo, se te cae el mundo?.
Un impacto profundo
El estudio de DEBRA también destaca las graves consecuencias sociales y económicas del rol de cuidado. Un 68% de las personas cuidadoras declara que su salud mental se ha deteriorado significativamente, y el mismo porcentaje afirma que su rutina familiar ha cambiado por completo. La mitad de los encuestados señala un deterioro en sus relaciones personales, y el 58% ha perdido prácticamente su vida social.
El coste económico es igualmente severo: seis de cada diez familias sufren un impacto importante en sus ingresos. Las mujeres asumen de forma desproporcionada el abandono de su carrera profesional: el 60% de las madres ha reducido o dejado de trabajar fuera del hogar, frente a solo un 11% de los padres. Apenas el 7% de las madres cuidadoras asegura que su vida laboral no se ha visto afectada por el cuidado.
Ante esta realidad, desde DEBRA Piel de Mariposa se insiste en la necesidad urgente de reconocer, apoyar y proteger el papel esencial de las personas cuidadoras. ?Cuidar también necesita cuidados?, recuerdan desde la entidad, que trabaja desde 1993 para mejorar la calidad de vida de las personas con Epidermólisis bullosa y sus familias.
Un reconocimiento necesario
En este contexto de visibilización, el pasado 3 de noviembre se celebró la entrega de los Premios SuperCuidadores 2025. Estos galardones, consolidados como referentes en el ámbito del cuidado, distinguieron a seis personas cuidadoras ?familiares y profesionales? y a 26 entidades públicas y privadas comprometidas con la mejora del bienestar de personas en situación de dependencia.
  
Estos premios se han consolidado como el mayor reconocimiento a la labor de los cuidadores en España. Este año, además, se otorgaron tres Menciones de Honor a entidades que han marcado un antes y un después en la formación, participación y apoyo a personas mayores y sus familias.
Durante la ceremonia se destacó la necesidad de profesionalizar el sector, ofrecer formación continua y garantizar el relevo generacional en un ámbito que será clave en los próximos años. Y es que, según se recordó durante el encuentro, en los próximos 15 años, uno de cada tres españoles será mayor de 65 años, y muchos de ellos necesitarán de personas especializadas en el cuidado de enfermedades crónicas y dependencia.
Los Premios SuperCuidadores también sirvieron como altavoz para que muchas personas cuidadoras, como la ganadora en la categoría familiar, pudieran compartir su historia, sus miedos y sus logros, y recordar que detrás de cada diagnóstico hay una red invisible de cuidados que sostiene la vida.
  
  
  
  
  
  
    