El 17 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para visibilizar los múltiples retos que aún persisten en materia de seguridad en la atención sanitaria. Bajo el lema La seguridad del paciente desde el comienzo, la edición de este año 2025 pone el foco en la necesidad urgente de proteger a los más pequeños, concretando entre el nacimiento y hasta los nueve años.
Aunque la atención segura es un derecho universal, los niños y recién nacidos se encuentran entre los grupos más vulnerables del sistema sanitario. Su desarrollo acelerado, su limitada capacidad para comunicar síntomas y su total dependencia de adultos que tomen decisiones en su nombre los expone especialmente a los errores y eventos adversos. Cualquier mala decisión puede tener efectos adversos en su salud a corto y largo plazo.
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Cribado neonatal más amplio y equitativo
En nuestro país, una de las demandas más relevantes en este ámbito es la necesidad de ampliar y homogeneizar el cribado neonatal, una prueba que se realiza en los primeros días de vida y que permite detectar precozmente enfermedades congénitas graves, muchas de ellas poco frecuentes. Actualmente, el número de enfermedades cribadas varía entre comunidades autónomas, lo que genera inequidades en el acceso a un diagnóstico temprano y, por tanto, a un tratamiento adecuado.
Desde hace años, organizaciones como la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) reclaman que se garantice un mínimo común de enfermedades detectables en todo el territorio, y que se acelere la inclusión de nuevas patologías en el catálogo nacional, en línea con los avances científicos. Esta petición busca mejorar los resultados en salud y reforzar la seguridad del paciente desde el primer momento, evitando retrasos diagnósticos que pueden ser fatales o irreversibles.
Prevenir daños desde la cuna
Este Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2025 busca además generar conciencia sobre los riesgos que afectan a los niños en contextos sanitarios, desde errores de medicación hasta infecciones hospitalarias, fallos diagnósticos o prácticas clínicas no adaptadas a su edad y condición. Según la OMS, los eventos adversos son más frecuentes en unidades de cuidados intensivos neonatales y pediátricas, y muchos de ellos son prevenibles.
La campaña llama a reforzar áreas críticas como el parto y el posparto seguros, la formación del personal, la participación de las familias en los cuidados y la mejora de los sistemas de notificación y aprendizaje de errores. También promueve, de forma innovadora, la educación en seguridad del paciente para niños mayores, fomentando el conocimiento de sus derechos y la autogestión en salud desde edades tempranas.
La jornada se acompaña de iniciativas simbólicas en todo el mundo: conferencias, campañas de información, talleres formativos y la iluminación en color naranja de edificios y monumentos emblemáticos. De hecho, en España son muchas las organizaciones que se suman a esta celebración para recordar que la seguridad del paciente no puede depender del código postal. La atención pediátrica debe ser equitativa, actualizada y centrada en las necesidades reales de cada niño y su familia.