La investigación clínica en España está experimentando una transformación profunda, impulsada por la pandemia, la digitalización y el compromiso creciente de pacientes y profesionales. Así quedó patente en la segunda mesa de la XII Jornada Somos Pacientes, centrada en los retos actuales y futuros de los ensayos clínicos. Con el título Desafíos en investigación clínica: ensayos más digitales, más inclusivos y más cerca de los pacientes, reunió a representantes de la administración, la industria farmacéutica, las sociedades científicas y las organizaciones de pacientes.
Alberto Borobia, responsable de la Unidad Central de Investigación Clínica del Hospital La Paz, fue uno de sus participantes. Éste destacó que la crisis de la covid-19 aceleró procesos como la monitorización remota y el uso de datos en tiempo real, abriendo el camino hacia ensayos más descentralizados y accesibles. “El futuro pasa por tecnologías que faciliten una mayor representación de la población en los ensayos clínicos”, aseguró.
También estuvo presente Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que subrayó que esta evolución debe anclarse en la realidad cotidiana de la atención primaria. “Necesitamos resultados en pacientes reales, no sólo en el paciente tipo. Es un paso necesario para construir evidencia inclusiva”.
Regulación, cooperación y competitividad
Por su parte, Amelia Martín Uranga, directora de investigación clínica y traslacional de Farmaindustria, puso el foco en los cambios normativos, como el nuevo Reglamento Europeo de Ensayos Clínicos, y en la necesidad de generar confianza en el uso de los datos. “La colaboración público-privada y la profesionalización de la gestión de la investigación son claves para mantener la competitividad de España en Europa”, explicó.
Además se abordó la creciente implicación de las comunidades autónomas en este ámbito. Más allá de los tradicionales polos de Madrid y Barcelona, comunidades como Aragón, Extremadura o Asturias están potenciando sus capacidades en ensayos clínicos, gracias a iniciativas como el PERTE Salud de Vanguardia o la creación de nuevas unidades clínicas.
Pacientes, protagonistas necesarios
Uno de los ejes centrales de la mesa fue reclamar un mayor protagonismo de los pacientes en los ensayos clínicos para conocer las necesidades reales de éstos. De hecho, la directora de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), Isabel Motero, moderadora del encuentro, recordó que solo el 6% de estas patologías tiene tratamiento. “Decirle a una persona que su enfermedad está siendo investigada puede ser un aliciente vital”.
Borobia insistió en la importancia de diseñar ensayos adaptados a poblaciones habitualmente infrarepresentadas, como personas mayores, extranjeras o de zonas rurales. Para ello, afirmó, “hay que implicar a los pacientes desde el diseño y reforzar la formación de todos los actores implicados”.
Rodríguez Ledo añadió que la atención primaria es esencial para reforzar la relación de confianza entre paciente y profesional, y así mejorar la adherencia y evitar abandonos. “No se trata de reclutar por reclutar, sino de construir desde el inicio”.
Investigación compartida
Los participantes coincidieron en que la descentralización y la digitalización de los ensayos deben ir acompañadas de un cambio cultural. A pesar de contar con herramientas útiles como la Guía de Elementos Descentralizados en Ensayos Clínicos, existen barreras regulatorias, tecnológicas y, sobre todo, institucionales relacionadas principalmente con la resistencia al cambio.
Martín Uranga señaló que la investigación debe entenderse como una faceta integrada en la vida cotidiana y en el sistema sanitario. “España es un país líder en ensayos clínicos, pero aún necesitamos generar más cultura social en torno a ello”. En ese sentido, las asociaciones de pacientes juegan un papel crucial como puente entre ciudadanos, profesionales, industria y administración. Su implicación en el diseño, desarrollo y difusión de los ensayos clínicos es útil para mejorar su calidad y para promover una participación más activa y equitativa.
La mesa concluyó con un llamamiento conjunto a seguir trabajando en red, fomentando proyectos colaborativos, compartiendo datos con garantías y fortaleciendo la equidad territorial. Iniciativas como la inclusión de pacientes en los comités de ética, la creación de catálogos de datos o el uso de plataformas digitales para la selección de participantes son ya una realidad.
“Estamos construyendo un nuevo modelo de investigación clínica: más humano, más tecnológico y más justo. Y los pacientes deben estar en el centro de ese proceso”, concluyó Motero.
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