La terapia celular CAR-T, hasta ahora reservada al tratamiento de ciertos cánceres hematológicos, está mostrando resultados prometedores en el tratamiento e incluso la posible curación del lupus, una patología crónica que provoca inflamación y daños en órganos como los riñones, la piel o el corazón. Así lo destacan especialistas de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

“Estamos ante un nuevo horizonte que supone un salto muy importante para el tratamiento de las enfermedades autoinmunes, porque pasamos de un paradigma que consistía en frenar la progresión de estas patologías a una posibilidad real de curarlas”, explica José María Mora, especialista del Servicio de Nefrología de la CUN.

Las terapias CAR-T (acrónimo de células T con receptores quiméricos de antígenos) han revolucionado en los últimos años el abordaje de determinados tumores hematológicos, como linfomas o leucemias. El procedimiento consiste en extraer sangre del paciente, aislar sus linfocitos T (células clave del sistema inmunológico), modificarlos genéticamente en laboratorio para que reconozcan y ataquen células específicas, y reintroducirlos en el cuerpo del paciente.

Ahora, esta tecnología da el salto al campo de las enfermedades autoinmunes, donde el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos del propio cuerpo. En el caso del lupus, este ataque puede afectar a las articulaciones, la piel, los riñones o el sistema cardiovascular, comprometiendo gravemente la calidad de vida del paciente.

Los ensayos clínicos multicéntricos e internacionales en marcha —algunos de ellos con participación activa de la Clínica Universidad de Navarra— evalúan la eficacia y seguridad de esta terapia en pacientes con lupus refractario, es decir, en aquellos que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales o son dependientes de ellos a largo plazo.

Lupus, mujer y sistema inmunológico

Más allá del lupus: potencial para otras enfermedades

Los especialistas subrayan que el potencial de la terapia CAR-T no se limita al lupus. Según el doctor Enrique Ornilla, del Servicio de Reumatología de la CUN, también podrían beneficiarse personas con otras enfermedades autoinmunes graves como las vasculitis, la esclerodermia o las miositis, incluso en pacientes pediátricos, donde estas patologías pueden tener un impacto especialmente severo.

Actualmente, los tratamientos para estas enfermedades autoinmunes consisten en fármacos inmunosupresores que ayudan a prevenir los brotes, pero que no eliminan la enfermedad, exponen a efectos secundarios y requieren un seguimiento constante. La llegada de terapias dirigidas y personalizadas como CAR-T podría transformar radicalmente el manejo clínico de estos pacientes.

Aunque los resultados aún son preliminares, el uso de terapias celulares CAR-T en enfermedades autoinmunes podría suponer un cambio de paradigma en el abordaje de estas patologías crónicas. Hasta ahora, la medicina se había centrado en modular el sistema inmunológico para evitar daños. Con la llegada de CAR-T, se abre la posibilidad de resetear el sistema inmune y lograr una remisión completa y duradera, lo que se traduce, en algunos casos, en una auténtica curación. Este enfoque innovador también puede reducir la carga farmacológica, minimizar los efectos secundarios y mejorar notablemente la calidad de vida de las personas con enfermedades autoinmunes.

A pesar del entusiasmo, los especialistas insisten en que todavía es necesario validar los resultados en estudios más amplios y seguir explorando las posibles complicaciones o efectos adversos a largo plazo. No obstante, confían en que este tipo de terapias supongan en los próximos años una nueva era en la medicina personalizada, también para los pacientes no oncológicos.

Investigación colaborativa y con vocación global

La Clínica Universidad de Navarra forma parte del consorcio CART-NEL, una red de más de 40 centros de investigación españoles que colaboran en el desarrollo de terapias CAR-T para enfermedades autoinmunes. El consorcio pretende ampliar su alcance a Latinoamérica, con el objetivo de fomentar estudios independientes y ampliar el acceso a tratamientos innovadores.

Además de participar en ensayos académicos, la CUN colabora con la industria farmacéutica para acelerar la investigación clínica y ofrecer más oportunidades de tratamiento a los pacientes que más lo necesitan.

“Estamos trabajando con pacientes con lupus con o sin afectación renal, en quienes la enfermedad no está controlada con los medicamentos inmunosupresores habituales. El objetivo es ofrecerles una alternativa terapéutica más eficaz y menos dependiente de tratamientos crónicos”, detalla Mora.