Si hay un mes que madres y padres esperan con cierta ilusión (y casi con alivio) ese es septiembre. La vuelta al cole nos trae rutina y un cierto orden doméstico, que muchas veces se acompaña de un listado de buenos propósitos e intenciones, entre ellos replantear la dieta propia y la de toda la familia. Y es ahí, pues, cuando surge una pregunta inevitable: ¿qué tipo de desayuno y merienda es mejor para los niños?

Lo primero que suele venirnos a la mente es el bol con cereales y leche, lo que yo llamo un pseudoalimento: blando, sin resistencia a la masticación, cargado de azúcar y otros aditivos, con poco valor nutritivo y altamente cariogénico.

Que este tipo de productos provoquen caries ya debería ser motivo suficiente para limitar su consumo. Pero hay más: también generan picos rápidos de glucosa que, en poco tiempo, se transforman en bruscas bajadas. En la práctica, esto se traduce en un niño con energía desbordada durante la primera hora de clase, pero luego cansado, distraído y con menor capacidad de concentración.

Y si hablamos de la merienda, el consumo de pseudoalimentos cargados de azúcar puede tener implicaciones aún más graves, ya que la calidad del sueño puede verse alterada. Cuando el aporte extra de azúcar se produce a pocas horas de acostarse, aumenta el riesgo de descanso fragmentado y de menor calidad, ya que no solo hay menos horas dormidas, sino que el dormir en sí es menos reparador.

Además, a mayor consumo de azúcar añadido y más tiempo frente a pantallas, mayor es la frecuencia de bruxismo (rechinar de dientes) en niños de entre 4 y 8 años.

Así, es obligado concienciar de que el azúcar no solo provoca caries, sino que es un gran disruptor de la actividad diaria y nocturna. Una dieta sana y adecuada para un buen crecimiento debería estar libre de azúcares añadidos, reservando su consumo para momentos puntuales.

Un último consejo. Aplica cada día el concepto CRP, que me enseñó una amiga nutricionista: come lo que venga directamente de la Caza-Recolección-Pesca. Y deja los pseudoalimentos para ocasiones muy puntuales. Verás que, a la larga, no los echarás en falta, y tu salud y la de tus hijos lo agradecerán.

Dra. Núria Noguerón Dorca

ODONTÓLOGA MIOFUNCIONAL