Mantener la adherencia al tratamiento sigue siendo uno de los grandes desafíos para las personas con enfermedad renal crónica. Así lo explica Iluminada Martín-Crespo, presidenta de ALCER Madrid, quien recuerda que “para los pacientes renales la importancia de la adherencia al tratamiento es imprescindible”.

En las fases iniciales, cuando la función renal aún permite llevar una vida relativamente normal, los pacientes deben ser estrictos con su medicación y su alimentación. “Tienen que tener mucho cuidado en tomar su medicación y en hacer una dieta equilibrada reduciendo el consumo de proteínas, y esa es la razón por la cual la enfermedad renal está siendo crónica”, puntualiza Martín-Crespo.

Sin embargo, la realidad es que en la mayoría de los casos la enfermedad progresa hasta llegar a la fase terminal, donde es necesario recurrir a terapias sustitutivas. “Hay que pensar en tratamientos como la hemodiálisis o la diálisis peritoneal”, añade. En este sentido, ALCER Madrid fomenta los tratamientos domiciliarios, ya que permiten mantener una mayor autonomía. “Siempre es bueno que no cambie demasiado su vida a pesar de tener una enfermedad que prácticamente es una condena y hay que desdramatizar esa condena, porque si no sería absolutamente imposible vivir con enfermedad renal”, afirma la presidenta.

El trasplante y el compromiso con la adherencia

La adherencia adquiere una dimensión aún más crítica en el caso de los trasplantes. Para Martín-Crespo, no se trata solo de una cuestión médica, sino también de respeto al esfuerzo colectivo que hace posible cada trasplante. “La medicación inmunosupresora para mantener ese trasplante es vital. Si no se toma esa medicación no va a mantenerse el riñón. Tenemos que cuidarlo muchísimo porque hay mucho amor y mucho trabajo detrás de un trasplante de órganos”, recalca.

Este compromiso, explica, debe inculcarse en todos los pacientes, incluidos los más jóvenes. “Tenemos que educar a todas las personas que van a recibir un trasplante, incluidos los niños y los adolescentes, que quizás sea el colectivo un poco más complicado, para que entiendan que la medicación es fundamental para que ese trasplante dure y tengamos una vida absolutamente plena y normal”, subraya.

Desde ALCER Madrid recuerdan que el acompañamiento al paciente es fundamental para fomentar esa adherencia a lo largo de todo el proceso: desde el diagnóstico hasta el trasplante. La presidenta insiste en que “la adherencia no es solo un acto de disciplina médica, sino una herramienta para tener esperanza, prolongar la vida y mejorar la calidad de los pacientes y de sus familias”. Así, ante el aumento de la prevalencia de la enfermedad renal crónica que estamos viviendo, asociaciones como ALCER recuerdan que el compromiso con el tratamiento marca la diferencia entre vivir condicionado por la enfermedad o poder disfrutar de una vida más plena y normalizada.