¿Qué es realmente una innovación? ¿Qué es lo que supone en relación a la investigación científica? ¿Es lo mismo hablar de innovación que de novedad? Estas y otras muchas cuestiones han sido contestadas en el marco de la jornada titulada “Innovación vs Novedad. ¿Cuándo se generan realmente cambios?”, un encuentro celebrado en Madrid por parte de EUPATI – España, con el objetivo de reflexionar sobre estas realidades que siguen suscitando confusión tanto a nivel conceptual como aplicativo.

El encuentro reunió a representantes del Sistema Nacional de Salud (SNS), investigadores, sociedades científicas y asociaciones de pacientes para reflexionar sobre las diferencias entre innovación y novedad, y poner sobre la mesa las claves que permiten discernir cuándo una nueva tecnología o herramienta marca realmente la diferencia.

La innovación no se mide por el número de tecnologías nuevas, sino por el valor añadido real que aportan a la vida de los pacientes. Esta fue una de las principales conclusiones de la jornada “Innovación vs Novedad. ¿Cuándo se generan realmente cambios?”, organizada en Madrid por EUPATI – España, la Plataforma Española de la Academia Europea de Pacientes para la Innovación Terapéutica. “La novedad puede ser algo pasajero; la innovación busca ser permanente, resuelve un problema, mejora lo que ya existe y genera valor social o económico”, explicó David Trigos, presidente y coordinador de EUPATI-España.

Medir el valor para no confundir innovación con moda

La primera mesa de debate, titulada “Tecnología sanitaria: ¿innovadora o simplemente nueva?”, abordó la necesidad de evaluar el impacto real de las nuevas herramientas. Moderada por Elisenda de la Torre, presidenta de REU+ y formadora de EUPATI, contó con la participación de expertos del Instituto de Salud Carlos III, FENIN, Farmaindustria y EUPATI-España. Todos coincidieron en que solo puede hablarse de innovación si lo nuevo mejora la calidad de vida, la eficiencia o la equidad. “La evaluación es clave para tomar decisiones acertadas y debe comenzar con un diálogo temprano sobre lo que se quiere valorar. Y, sobre todo, escuchar lo que necesitan realmente los pacientes”, remarcaron.

La segunda mesa, “Innovando en el sistema: cuando algo cambia”, moderada por Fátima Rodríguez Moreda, asesora jurídica de EUPATI-España, puso el foco en que la innovación no siempre tiene que ver con dispositivos o medicamentos. También puede surgir en ámbitos como los cuidados, la gestión o los modelos asistenciales. Participaron profesionales de Atención Primaria de Aragón, el Hospital Universitario de La Princesa, el Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdISSC) y el Consejo General de Enfermería, quienes coincidieron en que innovar es aportar soluciones útiles, accesibles y sostenibles para el SNS y para quienes lo utilizan.

“La innovación real nace de cubrir necesidades no satisfechas. Y para que sea efectiva, debe ir ligada a un objetivo claro y a un sistema de indicadores que permita medir los resultados obtenidos”, subrayaron.

La voz de los pacientes

Uno de los momentos más destacados de la jornada fue la intervención de Santiago Alfonso Zamora, vicepresidente del Foro Español de Pacientes (FEP), en el espacio “La voz de los pacientes”. Alfonso recordó que la ciudadanía es la auténtica propietaria del SNS y debe ser escuchada en todo proceso innovador. “La experiencia del paciente es fundamental para diferenciar la moda de la innovación. Y para aportar valor en los espacios de decisión, necesitamos que los pacientes estén formados, organizados y respaldados por datos reales”, destacó. Insistió también en que las asociaciones deben profesionalizarse para poder ofrecer información estructurada sobre lo que realmente necesitan las personas con enfermedades crónicas o complejas.

La jornada fue clausurada por José Julián Díaz Melguizo, director gerente del Hospital Universitario de La Princesa, quien defendió el valor de este tipo de espacios “reflexivos y de análisis crítico”. Recordó que “todo lo que se aplique en el sistema debe medirse, y esa medición debe incorporar también la opinión del paciente”. “Solo así sabremos si lo que hemos llamado innovación es útil, sostenible y verdaderamente transformador”, concluyó.