Unidos por la salud

Pertenece y transforma la comunidad de pacientes

Los ensayos clínicos son fundamentales para saber si un tratamiento funciona, si es seguro, y en qué condiciones debe aplicarse. Pero no todos los países tienen la capacidad para diseñar o participar en estos estudios. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, muchas regiones quedaron fuera del proceso de generación de evidencia, lo que dificultó su acceso a innovaciones clave. Para asegurar que ningún país se quede atrás en la generación y uso de conocimiento científico que salva vidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado la creación del Foro Mundial de Ensayos Clínicos (Global Clinical Trials Forum, GCTF).

El GCTF es una red internacional que busca fortalecer la capacidad de todos los países, especialmente los de ingresos medios y bajos, para realizar ensayos clínicos éticos, inclusivos y de calidad, que sirvan para mejorar la toma de decisiones en salud.

Este proyecto responde a la resolución WHA75.8 de la Asamblea Mundial de la Salud, que instó a la OMS a reforzar la coordinación y calidad de los ensayos clínicos en todo el mundo. Con este Foro, la organización da un paso más en su objetivo de garantizar que las decisiones sanitarias se basen en evidencia científica robusta y globalmente equitativa.

Compartir buenas prácticas

El Foro se apoyará en dos herramientas clave:

  • La Guía de la OMS sobre Mejores Prácticas para Ensayos Clínicos, que establece principios para mejorar el diseño, ejecución, supervisión y uso de los ensayos.
  • El Plan de Acción Mundial para el Fortalecimiento del Ecosistema de Ensayos Clínicos (GAP-CTS), que traduce la guía en nueve áreas de acción prioritarias para superar las barreras actuales, como la falta de financiación, de coordinación o de preparación en los sistemas de salud.

El objetivo principal es crear una plataforma de colaboración en la que participen Estados, autoridades sanitarias y éticas, financiadores, investigadores, organizaciones de pacientes y representantes de la sociedad civil. La idea es compartir buenas prácticas, generar estándares comunes y reforzar capacidades locales, con un enfoque especial en los países que más apoyo necesitan.

En el momento de su creación, el Foro ya cuenta con la participación de entidades científicas, académicas, regulatorias y sociales de todo el mundo, como la Universidad de Oxford, la Red Europea de Infraestructura de Investigación Clínica, la Colaboración Cochrane, el Instituto Nacional de Investigación en Salud del Reino Unido, la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (IFPMA), así como numerosos centros de investigación de Asia, África, Europa y América.

La membresía del Foro está abierta a cualquier organización comprometida con los principios de la resolución WHA75.8 y con la guía de la OMS, lo que refuerza su carácter inclusivo y colaborativo.

La artrosis, tradicionalmente considerada una enfermedad degenerativa y sin cura, está viendo replanteado su abordaje gracias a los avances científicos y a la creciente implicación de los propios pacientes. Así lo pusieron de manifiesto los expertos participantes en una jornada organizada en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en el marco del Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas.

Convocada por el Grupo de Bases Moleculares y Celulares de las Enfermedades Inflamatorias/Autoinmunes de la UCM y la Red de Enfermedades Inflamatorias (RICORS-REI), la jornada reunió a especialistas de referencia nacional con un objetivo claro: integrar experiencia clínica, innovación científica y visión de los pacientes en la lucha contra esta enfermedad.

Todo ello comenzando con la redefinición de la artrosis como enfermedad inflamatoria, y no meramente degenerativa, lo que supone un cambio de paradigma. ?Hoy sabemos que es una enfermedad compleja, multifactorial, y que afecta con especial incidencia a mujeres y personas mayores, aunque también se da en jóvenes y deportistas?, señaló Carmen Martínez Mora, profesora en la Facultad de Medicina de la UCM e investigadora del Hospital Clínico San Carlos.

Diagnóstico tardío

Uno de los grandes retos identificados durante el encuentro es el diagnóstico tardío. Francisco J. Blanco, coordinador del Grupo de Investigación en Reumatología del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic), apuntó que cuando la artrosis se diagnostica, los tejidos ya están dañados. Por ello, abogó por un enfoque que permita pronosticar y prevenir antes de que aparezcan los síntomas. ?Estamos trabajando con biomarcadores que permitan identificar la enfermedad en fases tempranas y personalizar los tratamientos?, indicó.

En este sentido, el desarrollo de puntuaciones de riesgo genético, el análisis de variantes del ADN mitocondrial del cartílago y la clasificación de pacientes según su respuesta a determinados fármacos son líneas de investigación prometedoras. La medicina de precisión se vislumbra como el camino para pasar del fenotipo al endotipo y al teratipo, identificando qué tratamiento funcionará mejor en cada caso.

Una pequeña molécula con gran potencial

Otro de los trabajos destacados fue el de Selene Pérez García, especialista en biología celular e histología y profesora en la UCM, centrado en el péptido intestinal vasoactivo (VIP). Este pequeño compuesto podría convertirse en un biomarcador útil para detectar la artrosis y, en el futuro, en una diana terapéutica. ?Las variantes genéticas asociadas a niveles elevados de VIP se relacionan con menor severidad de la enfermedad en sus fases iniciales?, explicó la investigadora, que ha trabajado con modelos celulares y en un innovador chip de articulación que simula condiciones reales del cartílago y el hueso.

Además de mirar al futuro diagnóstico, la jornada también abordó cómo mejorar la calidad de vida de quienes ya conviven con la artrosis. Raquel Largo, subdirectora del Laboratorio de Reumatología y Patología Ósea del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz, propuso un enfoque integral que tenga en cuenta factores emocionales, metabólicos y sociales. ?Reducir el estrés, mejorar la dieta, dormir bien y bajar de peso no sólo mitigan los síntomas, sino que pueden frenar la progresión de la enfermedad?, subrayó.

En particular, puso el acento en el impacto del tejido adiposo en la inflamación de bajo grado que acompaña a enfermedades como la obesidad o la diabetes, frecuentes entre quienes padecen artrosis. ?Incluso una pérdida de peso modesta puede mejorar significativamente el dolor y la función articular?, afirmó.

El conocimiento del paciente

Josep Vergés, presidente de la Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI), cerró la jornada destacando el papel central que deben ocupar los pacientes. ?Sin ellos, la ciencia no avanza. Los pacientes tienen que ser parte activa de la investigación y del cambio?, defendió.

Vergés recordó que esta dolencia afecta mayoritariamente a las personas mayores. Sin embargo, ?hay un 20% de personas de edad avanzada que no tienen artrosis. Y, por contra, cada vez vemos más casos en jóvenes y adultos de mediana edad?. Destacó además su alta prevalencia en mujeres:, puesto que es la enfermedad más común en mujeres mayores de 15 años, con 21,2% de prevalencia, según datos de la última Encuesta Nacional de Salud.

Además, subrayó la importancia de acompañar y ofrecer herramientas que faciliten que los pacientes puedan empoderarse y concienciar a la sociedad a través de la educación y la prevención, e hizo un repaso por las iniciativas que mantiene OAFI para cumplir estos objetivos.

?La artrosis no mata, pero sus consecuencias sí: la inactividad, el aislamiento, la depresión? Por eso es tan importante empoderar a quienes la sufren?, concluyó.

Cada año, más de 37.000 mujeres en España se enfrentan a un diagnóstico de cáncer de mama, una enfermedad que va más allá del cuerpo y alcanza la esfera emocional, social y vital de las pacientes. Por eso, cuando se acerca el 19 de octubre, Día Internacional contra el Cáncer de Mama, se impulsan diferentes iniciativas desde las asociaciones de pacientes, sociedades científicas y entidades sanitarias.

El objetivo: volver a visibilizar la complejidad de esta enfermedad y reforzar un mensaje común: el acompañamiento emocional y la personalización del tratamiento son claves para afrontar el proceso oncológico.

Espacios seguros para las emociones

Bajo el lema Ni somos de piedra ni estamos solas, Lilly y la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), con el aval de SEOM, GEICAM y SOLTI, han puesto en marcha una campaña impactante: un vídeo en el que las estatuas de Cibeles y La Mariblanca cobran vida para transmitir que las pacientes con cáncer de mama también sienten miedo, tristeza, impotencia o angustia ante la posibilidad de una recaída o una metástasis.

La iniciativa forma parte del movimiento ?Entre Ellas?, y se acompaña del documento Universo de las emociones en alto riesgo de recaída y metástasis, elaborado por la psicooncóloga Marta de la Fuente. El texto identifica las emociones más frecuentes en estos momentos críticos, cómo se manifiestan y cómo gestionarlas. De fondo, una propuesta clara: generar espacios de escucha, validar lo que sienten las mujeres y recordarles que su experiencia es única, pero no solitaria.