Con motivo del Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que se celebra el tercer miércoles de noviembre -19 de noviembre en este 2025-, la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (Fenaer) y la Asociación EPOC España han lanzado llamamientos para mejorar el diagnóstico precoz y garantizar un acceso equitativo a los tratamientos, especialmente a la rehabilitación respiratoria.
En España, la EPOC afecta a más de tres millones de personas, aunque más del 70% aún no han sido diagnosticadas. Esta falta de detección impide iniciar tratamientos que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen y frenar el avance de una enfermedad que, si bien no tiene cura, sí es prevenible y tratable.
- Te interesa: Validan diez biomarcadores en sangre que podrían facilitar el cribado poblacional de la EPOC
Fenaer centra este año su campaña en la implicación activa de los pacientes y en el papel de la atención primaria como puerta de entrada al diagnóstico. ?La EPOC sigue siendo una gran desconocida, incluso entre quienes la padecen. El retraso en el diagnóstico impide iniciar tratamientos que podrían frenar su evolución?, señala Mariano Pastor, presidente de Fenaer. Para lograrlo, la federación ha distribuido materiales informativos en 200 centros de salud de todo el país, con el respaldo de sociedades científicas como las sociedades de medicina y enfermería de atención primaria Semergen, SEMG, y FAECAP, así como el Grupo de Respiratorio de Atención Primaria (GRAP).
La principal herramienta para diagnosticar la enfermedad es la espirometría, una prueba sencilla, rápida y económica que permite medir la capacidad pulmonar. Las asociaciones insisten en la necesidad de realizarla de forma sistemática a todas las personas con síntomas respiratorios persistentes, especialmente a fumadores y exfumadores mayores de 40 años. ?Dotar a los centros de salud de los equipos y la formación necesarios es una inversión rentable para el sistema sanitario?, añade Iñaki Morán, presidente de EPOC España.
Rehabilitación respiratoria y equidad territorial
Ambas entidades coinciden también en la urgencia de garantizar el acceso universal a la rehabilitación respiratoria, una herramienta clave para reducir la disnea, mejorar la autonomía y disminuir las hospitalizaciones en pacientes con EPOC. Sin embargo, advierten de que su disponibilidad es aún muy desigual entre comunidades autónomas. ?No puede haber pacientes de primera y de segunda según el código postal. La rehabilitación respiratoria debe estar incluida en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y ofrecerse también en atención primaria o en modalidades mixtas y domiciliarias?, reclama Morán.
Las desigualdades territoriales se extienden también al acceso al diagnóstico y al tratamiento farmacológico. Por ello, tanto Fenaer como EPOC España reclaman la actualización urgente de la Estrategia Nacional de EPOC, que no se revisa desde 2014, y que esta se integre en una futura Estrategia Nacional de Enfermedades Respiratorias. ?Un documento con más de diez años no refleja ni los avances terapéuticos ni los nuevos desafíos en el manejo de la enfermedad?, afirma Pastor.
Campañas con voz de pacientes y profesionales
EPOC España ha lanzado además una campaña de sensibilización en redes sociales y medios digitales protagonizada por una paciente y una neumóloga, quienes relatan cómo el diagnóstico temprano puede cambiar el pronóstico de la enfermedad. La iniciativa busca romper con el desconocimiento social sobre la EPOC y animar a la ciudadanía a consultar ante los primeros síntomas: tos crónica, expectoración habitual y sensación de falta de aire.
Por su parte, Fenaer promueve el conocimiento activo de la enfermedad entre las personas afectadas, subrayando que una mayor implicación del paciente en el manejo diario de su salud es clave para mejorar los resultados. ?Actuar rápido es lo único que puede garantizar un día a día mejor?, recuerda Pastor.
La EPOC es mucho más común de lo que se piensa: se estima que afecta al 14% de las personas mayores de 40 años en España, y a más de 300 millones en todo el mundo. Estudios como Episcan II muestran que su prevalencia ha aumentado en la última década, especialmente entre las mujeres. El impacto económico también es notable: entre 750 y 1.000 millones de euros anuales se destinan al tratamiento de esta patología en nuestro país.