Más de 68.400 personas con enfermedad renal crónica (ERC) avanzada reciben actualmente tratamiento con diálisis o trasplante renal en España. Así lo muestran los datos provisionales del Registro Español de Diálisis y Trasplante (REDYT), elaborado por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) en colaboración con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). La cifra representa un aumento de 855 pacientes respecto al año anterior.
El informe, presentado en el 55 Congreso Nacional de la SEN, confirma la tendencia ascendente de esta enfermedad, que ya afecta a 1.407 personas por millón de población (pmp) en tratamiento renal sustitutivo (TRS), una cifra ligeramente superior a la del año anterior (1.404,8 pmp).
Aunque la incidencia muestra una leve disminución ?150,1 nuevos casos por millón de población frente a los 153,7 pmp de 2023?, la SEN subraya que cada 75 minutos una persona inicia diálisis o recibe un trasplante renal en nuestro país. «Esto demuestra el importante impacto que sigue teniendo la enfermedad», ha afirmado el presidente de la SEN, Emilio Sánchez.
El informe también destaca la consolidación de los trasplantes de donantes fallecidos en parada cardiaca, conocidos como donantes en asistolia, que ya representan el 46,1% del total, frente al 40,3% en 2023. En cambio, los trasplantes de donante vivo han descendido, situándose en el 9,8% del total, mientras que los de donantes en muerte encefálica representan el 44,1%.
Aumenta la prevalencia, pero se estabiliza la incidencia
En términos absolutos, en 2024 un total de 7.300 personas iniciaron tratamiento renal sustitutivo, una cifra ligeramente inferior a la del año anterior, cuando lo hicieron 7.389. La SEN interpreta este dato como un posible signo de estabilización de la incidencia, aunque pendiente de confirmación con los datos definitivos.
La mortalidad entre los pacientes en TRS se situó en el 7,5%, con 5.554 fallecimientos en 2024 frente a los 5.411 del año anterior. Las principales causas de muerte fueron infecciones y enfermedades cardiovasculares, siendo la tasa de mortalidad más baja en pacientes trasplantados que en aquellos en diálisis, independientemente del grupo de edad.
El perfil más frecuente de las personas que inician TRS en España sigue siendo el de un hombre de 65 años o más. De hecho, el 67% de los nuevos pacientes son varones y el 60% tienen 65 años o más.
La diabetes se mantiene como la causa más común de enfermedad renal avanzada, responsable del 24% de los nuevos casos de TRS en 2024 (1.669 personas). Entre los pacientes que ya estaban en tratamiento, la diabetes representa el 16% del total (11.388 pacientes). Le siguen las glomerulonefritis y la enfermedad vascular, con un 14% de los casos cada una.
Más trasplantes y más autonomía para el paciente
Uno de los datos más positivos del informe es el récord en trasplantes renales, que alcanzaron las 4.049 intervenciones, un aumento del 9,7% respecto al año anterior. La tasa de trasplante renal creció hasta los 83,2 pmp, consolidando esta opción como la preferente entre los pacientes en tratamiento.
El informe destaca además el crecimiento del trasplante anticipado, es decir, aquel que se realiza sin que el paciente llegue a necesitar diálisis. Esta modalidad alcanzó una tasa de 10,3 pmp, un 6% más que el año anterior, y representa ya casi el 7% del total de nuevos casos.
También ha crecido el uso de la diálisis peritoneal, que puede realizarse en casa, con una tasa de 26,3 pmp, lo que representa un aumento del 3,5% y ya supone el 17,5% de las nuevas terapias.
Por su parte, la hemodiálisis ?la forma más común de TRS? descendió un 1,3% entre los nuevos pacientes, aunque sigue siendo la modalidad mayoritaria, con un 75% del total.
Entre los pacientes prevalentes, el trasplante renal sigue ganando peso y ya representa el 57% del total (38.993 personas), frente al 55,78% del año anterior. La hemodiálisis desciende hasta el 38,2% (26.154 personas), mientras que la diálisis peritoneal se mantiene estable en un 4,8% (3.256).
Fuerte impacto social y sanitario
La SEN insiste en que estos datos confirman el grave problema de salud pública que supone la enfermedad renal crónica en España. Además de su elevada prevalencia, la ERC genera un alto coste sanitario y personal, y puede reducir drásticamente la calidad de vida de quienes la padecen. Por ello, la sociedad científica reclama un mayor impulso de estrategias de prevención, diagnóstico precoz y tratamiento optimizado para frenar su avance.
Desde el Ministerio de Sanidad, la ministra Mónica García ha recordado que la ERC está incluida en la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del Sistema Nacional de Salud. «Nuestro objetivo primordial es reducir la carga de enfermedad renal en España mediante el control de los factores de riesgo y el diagnóstico precoz», ha señalado. «Esta patología tiene un enorme impacto en la vida de las personas, sus familias y el sistema sanitario», ha añadido.