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La memoria y la concentración son funciones cognitivas esenciales para la vida diaria, pero no siempre se encuentran en su estado óptimo. En España, según los últimos datos de Eurostat correspondientes a 2022, casi uno de cada cinco ciudadanos (el 19,6%) declaró experimentar dificultades moderadas o graves para recordar o mantener la atención. Este porcentaje supera ampliamente la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 14,9%, y refleja un problema de salud pública que, aunque muchas veces se atribuye al envejecimiento, puede tener múltiples causas y, en muchos casos, abordarse desde el estilo de vida.

El estrés crónico, las enfermedades neurodegenerativas, la falta de descanso adecuado y, sobre todo, una alimentación deficiente, son factores que pueden contribuir al deterioro cognitivo. En este sentido, la nutrición se posiciona como una herramienta preventiva de gran valor. Tal y como explica Eva M. Bautista, nutricionista de Blua Sanitas, ?llevar una dieta equilibrada que incluya los nutrientes adecuados es primordial para el cerebro. Los alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitaminas específicas mejoran la circulación cerebral y protegen las células nerviosas del envejecimiento prematuro?.

La relación entre nutrición y función cognitiva va más allá de la prevención del deterioro. Según detalla Bautista, ?una dieta rica en nutrientes favorece el equilibrio de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, los cuales son cruciales para regular el estado de ánimo y potenciar el rendimiento cognitivo?. Esto resulta especialmente relevante en personas mayores, quienes, además de ser más vulnerables a los trastornos neurológicos, pueden presentar déficits nutricionales que agravan los síntomas.

Desde Sanitas se ha elaborado un listado con alimentos clave para fortalecer la memoria y la concentración, todos ellos con propiedades nutricionales contrastadas y de fácil incorporación en una dieta equilibrada.

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Alimentos que cuidan del cerebro

Entre los más destacados se encuentran las frutas y verduras como los arándanos, fresas, naranjas, brócoli y espinacas. Estos alimentos son ricos en vitamina C y antioxidantes que protegen las células cerebrales del daño oxidativo y favorecen un mejor flujo sanguíneo hacia el cerebro. Lo ideal es consumirlos frescos, en ensaladas o como acompañamiento habitual de los platos principales.

Otro grupo fundamental son los pescados grasos, como el salmón, la caballa o el atún. Su alto contenido en ácidos grasos omega-3 es crucial para mantener la integridad de las membranas neuronales y facilitar la comunicación entre las células del cerebro. Por ello, se recomienda su consumo al menos dos o tres veces por semana.

También los frutos secos ?nueces, almendras y avellanas? aportan ácidos grasos saludables, antioxidantes y vitamina E, compuestos que ayudan a preservar la función cognitiva. Una buena forma de incorporarlos es como snack saludable o en combinación con yogures sin azúcar añadido y ensaladas.

Por su parte, el cacao, especialmente en su forma más pura, como el chocolate negro con al menos un 85% de cacao, contiene flavonoides que estimulan la circulación cerebral y mejoran las funciones cognitivas. Consumido con moderación, puede ser una opción eficaz para potenciar la memoria.

Las legumbres ?lentejas, garbanzos y judías? también merecen mención especial por su aporte en ácido fólico, proteínas y fibra. Estos nutrientes contribuyen a la regeneración celular y al mantenimiento de una buena salud cerebral. Incorporarlas en la dieta mediante guisos, sopas o ensaladas es una excelente opción.

Finalmente, el aceite de oliva virgen extra, piedra angular de la dieta mediterránea, se presenta como un gran aliado. Rico en antioxidantes y grasas saludables, favorece la circulación y reduce la inflamación neuronal, ayudando así a mejorar la concentración y la agilidad mental.

Las terapias avanzadas están marcando un punto de inflexión en el abordaje de muchas enfermedades, desde las más raras hasta las más prevalentes. Así se puso de manifiesto en la mesa redonda Nuevas terapias en el horizonte: qué llegará en los próximos años, cómo van a revolucionar la sanidad y cómo impactarán en los pacientes, celebrada durante la XII Jornada Somos Pacientes.

En ella participaron Rosalía Ruano, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS); Juan da Silva, vocal de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y presidente de la Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ); y Javier García Alegría, especialista en Medicina Interna y expresidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme).

Desde la raíz del problema

Rosalía Ruano, experta en evaluación clínica en la AEMPS y miembro del Scientific Advice Working Party (SAWP) de la Agencia Europea del Medicamento, explicó que la gran transformación en la medicina llegará de la mano de las terapias avanzadas: terapia génica, celular e ingeniería de tejidos. ?Las CAR-T han sido revolucionarias en hematología y ahora empiezan a orientarse a tumores sólidos como sarcomas o glioblastomas?, apuntó.

Además, se refirió al potencial de las terapias basadas en ARN mensajero y a los avances en edición génica, que permiten tratamientos ultradirigidos incluso para mutaciones individuales. Estas innovaciones, que ya cuentan con ejemplos autorizados como en beta-talasemia o atrofia muscular espinal, representan una medicina genuinamente personalizada.

Necesidades no cubiertas: redefinir prioridades

Uno de los conceptos clave en la mesa fue el de «necesidades médicas no cubiertas». Ruano expresó su preocupación por el uso excesivo y difuso de este término: ?Cuando todo es una necesidad no cubierta, se pierde la capacidad de priorizar?. Coincidió con ella García Alegría, quien abogó por definir estas situaciones como aquellas en las que no existen tratamientos o los existentes son insuficientes, citando enfermedades como la ELA, algunas demencias, sarcomas o incluso patologías como la obesidad y la tuberculosis multirresistente.

El especialista defendió la participación activa de médicos y sociedades científicas en el desarrollo de medicamentos desde su diseño hasta la fase postcomercialización. Asimismo, criticó la rigidez de ciertos criterios regulatorios sobre conflictos de interés, que dificultan la implicación de verdaderos expertos.

El papel de los pacientes, aún en evolución

Juan da Silva aportó la visión de las organizaciones de pacientes. ?Vivimos estos avances con mucho optimismo, pero también con la necesidad de que sean sostenibles y accesibles?, afirmó. Reclamó una participación más efectiva en todos los procesos de evaluación e investigación, lamentando que muchas veces no haya retorno sobre las contribuciones realizadas por las asociaciones.

Además subrayó la importancia de valorar la innovación no sólo por su novedad tecnológica, sino por su impacto real en la vida de los pacientes. ?A veces, un cambio de presentación en un fármaco puede suponer una gran mejora en la calidad de vida?, indicó, recordando que la innovación incremental también debe tener espacio en los procesos de evaluación y financiación.

Retos del acceso y propuestas de mejora

La mesa también abordó las barreras que persisten entre la autorización europea de medicamentos y su llegada real al paciente. Los participantes coincidieron en la necesidad de simplificar procedimientos y armonizar las decisiones desde Europa hasta el ámbito autonómico y hospitalario. Ruano reconoció que el proceso actual puede volverse excesivamente complejo y anunció que la nueva legislación farmacéutica europea busca acortar plazos y reducir burocracia innecesaria.

La participación de pacientes y profesionales sanitarios en estos procesos también se reforzará, aunque aún está en discusión el alcance exacto de estas reformas. ?La ciencia va por delante de la economía, pero debemos buscar un equilibrio que garantice el acceso sin comprometer la sostenibilidad del sistema?, concluyó García Alegría.

La mesa redonda evidenció que la innovación biomédica no puede desligarse de los valores éticos, la participación colaborativa y el foco en el bienestar del paciente. Todo con el fin de que las terapias del futuro lleguen a quienes más las necesitan, en tiempo y forma adecuados.

  • Puedes volver a ver ésta y otras de las mesas de debate que conformaron la XII Jornada Somos Pacientes en el siguiente enlace: