Aunque se habla mucho de los riesgos cardiovasculares, oculares y renales asociados a la diabetes, muy pocas veces se menciona su impacto en la piel. Sin embargo, hasta un 30% de las personas con esta enfermedad desarrollan problemas dermatológicos que, en muchos casos, comprometen seriamente su calidad de vida. Una realidad que el programa de televisión online Saludables con diabetes, impulsado por Canal Diabetes en colaboración con Abbott, Novo Nordisk y la Federación Española de Diabetes (FEDE), aborda en su segunda temporada.
Francisco Navarro Triviño, dermatólogo del Hospital San Cecilio de Granada, explica en el programa cómo la hiperglucemia crónica puede alterar la función protectora de la piel, provocando sequedad, irritación, infecciones e incluso úlceras. Estos efectos se agravan durante el verano, cuando las altas temperaturas aumentan el riesgo de deshidratación y alteran la forma en que el cuerpo responde a la insulina. “La piel se vuelve más vulnerable, y por eso es esencial cuidarla desde el momento mismo del diagnóstico”, subraya el especialista.
Entre los problemas más frecuentes se encuentran la sequedad extrema, la dermopatía diabética —que se manifiesta con manchas marrones en la piel—, infecciones bacterianas y fúngicas como las candidiasis, así como una mayor sensibilidad cutánea asociada al uso de sensores de glucosa.
El papel de la enfermería y la autoexploración
Lourdes Aizpeolea, enfermera del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, destaca en el mismo espacio la importancia de la educación sanitaria. “Enseñamos a los pacientes a detectar señales de alarma como picores localizados, pérdida de sensibilidad —especialmente en manos y pies— o lesiones que no cicatrizan. El objetivo es prevenir, no sólo tratar”, explica.
La autoexploración regular es una herramienta fundamental para detectar de forma precoz cualquier anomalía. Se recomienda prestar especial atención a zonas de la piel menos visibles, como pliegues, axilas, ingles o los dedos de los pies. En muchos casos, las personas con diabetes acuden a la consulta dermatológica cuando el problema ya está avanzado, lo que dificulta el tratamiento. Por eso se insiste desde atención primaria y enfermería especializada en la vigilancia activa del estado de la piel.
Rutinas de cuidado
Las pautas de higiene y cuidado diario pueden marcar una gran diferencia en la prevención de complicaciones dermatológicas. Se recomienda el uso de jabones suaves, con pH neutro y sin fragancias, evitar duchas prolongadas y usar agua tibia en lugar de caliente. Tras la higiene, es crucial secar bien la piel, especialmente entre los dedos de los pies y en zonas de pliegues, para prevenir infecciones por hongos y bacterias.
La hidratación diaria con cremas adecuadas —sin perfumes, alcohol ni parabenos— es otro pilar del cuidado dermatológico en personas con diabetes. Ingredientes como la urea, el ácido láctico o la glicerina ayudan a mantener la piel flexible y a evitar la formación de grietas.
Saludables con diabetes no solo informa, sino que acompaña. El programa está diseñado para ser útil tanto a quienes acaban de ser diagnosticados como a quienes llevan años conviviendo con la enfermedad. A través de testimonios y consejos de profesionales, se pone el foco en aspectos cotidianos que influyen directamente en el bienestar del paciente, y que con frecuencia quedan relegados a un segundo plano.