El aumento de la fuerza muscular mejora las funciones cerebrales de las personas de mediana edad o mayores que padecen deterioro cognitivo leve. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sídney (Australia) y publicado en la revista Journal of American Geriatrics Society.

En palabras del doctor Yorgi Mavros, director del estudio, “en nuestro trabajo hemos encontrado una mejora de la función cognitiva asociada a la ganancia de fuerza muscular. De hecho, cuando más fuerte se volvía la persona en nuestro trabajo, mayor era el beneficio para su cerebro”.

Mayor fuerza muscular

El nuevo trabajo de investigación, denominado ‘Estudio sobre Entrenamiento Mental y de Resistencia’ (SMART), tuvo por objetivo evaluar la posible asociación entre la ganancia muscular y las capacidades cerebrales.

Para ello, un total de 100 adultos con edades entre los 55 y los 86 años y diagnosticados de deterioro cognitivo leve fueron incluidos, de acuerdo a un criterio totalmente aleatorio, en cuatro grupos de ejercicios: práctica de ejercicio de resistencia y entrenamiento cognitivo computarizado; ejercicio de resistencia y un entrenamiento cognitivo simulado consistente en la visualización de documentales de naturaleza; entrenamiento cognitivo computarizado y ejercicio de resistencia simulado, consistente en una serie de estiramientos mientras permanecían sentados; y ejercicio de resistencia y entrenamiento cognitivo simulados.

Los resultados mostraron que los participantes que practicaron ejercicio de resistencia, consistente en sesiones de levantamiento de peso dos veces por semana durante seis meses con un incremento gradual del peso según aumentaba la fuerza muscular, mejoraron sus resultados en los test de cognición, incluidos aquellos específicos para la enfermedad de Alzheimer. Además, el beneficio se mantuvo a los 12 meses de la finalización del ejercicio físico.

Por el contrario, ni el entrenamiento cognitivo computarizado ni los ejercicios físicos y mentales simulados se asociaron con una mejora de la función cognitiva.

Como concluye el doctor Mavros, “cuanta más gente consigamos que practique entrenamiento de resistencia, mayor probabilidad habrá de que la población envejezca de forma saludable. La clave es asegurarse de que el ejercicio se practica con regularidad, cuando menos dos veces por semana y a una intensidad que posibilite maximizar la ganancia en fuerza física. De esta manera podremos lograr el máximo beneficio para nuestros cerebros”.

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