Las fracturas por fragilidad, una de las principales consecuencias de la osteoporosis, generan un coste económico creciente para el sistema sanitario y un importante impacto social y sanitario. Se estima que estos eventos, derivados de la pérdida de masa ósea, suponen ya miles de millones de euros anuales y podrían superar los 5.500 millones si no se refuerzan las estrategias de prevención y tratamiento.
Una de las mayores preocupaciones de los expertos es el bajo porcentaje de pacientes evaluados y tratados tras una fractura, especialmente en el caso de las fracturas de fémur proximal, que están asociadas a una alta mortalidad. Según los especialistas, el porcentaje de pacientes que reciben una evaluación o tratamiento adecuado no alcanza el 20% en este tipo de fracturas. Por ello, consideran prioritario establecer estrategias de detección antes de la primera fractura, lo que requiere compromiso institucional y formación específica.
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Los expertos insisten en que la detección precoz y el seguimiento activo son herramientas fundamentales para reducir el riesgo de fractura y sus complicaciones. Además, subrayan la importancia de garantizar la adherencia al tratamiento y de promover hábitos de vida saludables, como seguir una dieta equilibrada rica en calcio, vitamina D y proteínas, practicar ejercicio físico adaptado y aplicar medidas para prevenir caídas.
El abordaje desde Atención Primaria
Según datos de la International Osteoporosis Foundation (IOF), en España se producen cientos de miles de fracturas por fragilidad cada año, lo que afecta de manera directa a la calidad de vida de las personas que las sufren, estimadas en unos 2,8 millones. Estas lesiones tienen un impacto económico significativo, no solo por el coste de los tratamientos hospitalarios, sino también por las complicaciones asociadas y la pérdida de autonomía que provocan.
El papel del médico de Atención Primaria resulta esencial en el abordaje de la osteoporosis, tanto en la prevención como en la detección y el seguimiento de los pacientes en riesgo. Con el objetivo de mejorar la formación y la sensibilización de estos profesionales, Grünenthal Pharma, a través de su plataforma Dolor.com, ha impulsado un curso especializado centrado en el diagnóstico, tratamiento y prevención de la osteoporosis. La iniciativa busca capacitar a los médicos de familia para identificar a los pacientes con mayor riesgo y actuar antes de que se produzcan fracturas.

El doctor Jenaro Graña, coordinador del curso y reumatólogo del Hospital Universitario Juan Canalejo de A Coruña, subraya que la osteoporosis debe ser abordada desde una perspectiva integral en la Atención Primaria. “El médico de familia es imprescindible para garantizar la adherencia al tratamiento y seguir las recomendaciones sobre nutrición, ejercicio y prevención de caídas. Además, tiene un papel clave en la identificación de pacientes que aún no han recibido una evaluación pese a haber sufrido ya una fractura”, apunta el especialista.
Los expertos también destacan la importancia de las Unidades de Coordinación de Fracturas, que permiten una gestión más eficiente de los pacientes y una mejor coordinación entre Atención Primaria y las distintas especialidades implicadas. Estas unidades han demostrado ser efectivas en la mejora del diagnóstico y el tratamiento, así como en la reducción del número de fracturas y del gasto sanitario asociado.
La correcta planificación terapéutica se presenta como otro reto clave, dado que el riesgo de fractura aumenta con la edad y el proceso osteoporótico es progresivo. Si bien algunos tratamientos tienen una duración limitada, como los osteoformadores o los antirreabsortivos, su uso adecuado y secuenciado resulta determinante para proteger la salud ósea a largo plazo.
Reconocimiento de pacientes con alto riesgo
Por otro lado, los avances en el reconocimiento de pacientes con alto riesgo de fractura y la mejor identificación de factores de riesgo combinados con los resultados de la densitometría ósea, siguen siendo pilares fundamentales en la toma de decisiones clínicas. Los especialistas insisten en la necesidad de contar con densitómetros modernos, equipados con tecnologías avanzadas como el trabecular bone score (TBS) y la morfometría vertebral, accesibles a los médicos de Atención Primaria y a la población en general.
Los tratamientos farmacológicos también han experimentado importantes avances. La incorporación de nuevos medicamentos osteoformadores ha demostrado mejoras en la calidad ósea y en la reducción del riesgo de fractura. Además, se ha reforzado el conocimiento sobre la eficacia y la seguridad de las terapias existentes, lo que permite personalizar los tratamientos en función de las características de cada paciente.