Vacunas

Las poderosas innovaciones que posibilitan a diario la misión de la OMS

Por Dra. Nothemba Simelela
Subdirectora General de la OMS para la Familia, la Mujer, el Niño y el Adolescente
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Si me pidieran que citara una intervención en salud pública con la que se cumpla la misión de la OMS de promover la salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables, no lo dudaría: las vacunas.

Y es que no hay duda de que las vacunas son una de las intervenciones en salud pública que más vidas han salvado en la historia. La OMS calcula que la inmunización salva 2,5 millones de vidas al año y protege a muchos más millones de personas de enfermedades y discapacidades (1).

Nunca antes se ha inmunizado a tantos niños y eso ha reducido la mortalidad en la niñez, los defectos congénitos y las discapacidades de por vida. El mundo tampoco ha estado antes tan cerca de erradicar la poliomielitis. El sarampión y la rubéola han sido erradicadas de las Américas, y el tétanos materno y neonatal de Asia Sudoriental.

Cuando se inmuniza a todos los niños o adultos y se erradica una enfermedad, la OMS cumple sus objetivos de preservar la seguridad mundial, promover la salud y servir a las poblaciones vulnerable.

Echemos un vistazo más de cerca a la importancia de la inmunización en la misión de la OMS.

Promover la salud mediante la inmunización

Las vacunas ayudan a mantener la salud de niños y adultos previniendo posibles enfermedades mortales. A través de los calendarios de inmunización sistemática de la OMS, todos los programas nacionales de inmunización cuentan con 10 vacunas fundamentales.

Con esas vacunas universales se promueve la salud mediante la prevención de enfermedades como la tuberculosis, difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, sarampión, rubéola, rotavirus, hepatitis B, Haemophilus Influenzae de tipo b y papilomavirus humanos, que afectan a todos los niños y adultos independientemente del lugar en el que vivan.

Las vacunas no sólo protegen a quienes han sido inmunizados sino que también pueden reducir la enfermedad en quienes no pueden inmunizarse. Trabajando con programas nacionales de inmunización y con asociados como el UNICEF y Gavi, Alianza para las Vacunas, la OMS ayudó a que unos 116,5 millones de lactantes (86%) recibieran 3 dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina en 2016. Con todo, aún queda mucho por hacer para vacunar a los aproximadamente 19,5 millones de niños que todavía no disfrutan de los beneficios de una inmunización que salva vidas.

Cuando los países fortalecen sus programas de inmunización sistemática, estos sirven de base para desarrollar una atención primaria de salud sólida y una cobertura sanitaria universal. A través de programas de inmunización sistemática, el personal sanitario administra vacunas a personas de todo el mundo para salvar vidas y actúa como punto de contacto para otras necesidades sanitarias, como los tratamientos con vermífugos o vitaminas y otros servicios necesarios para el crecimiento.

Sólo en 2016, el personal sanitario inmunizó a más de 62 millones de niños en los países más pobres del mundo, lo que equivale a más de 185 millones de puntos de contacto entre esos niños y el sistema de atención primaria de salud (2).

La inmunización preserva la seguridad mundial

Las enfermedades no tienen fronteras. Aunque cada año se salven millones de vidas gracias a la inmunización, siguen produciéndose brotes debido a la baja cobertura vacunal en muchas partes del mundo. Las vacunas ayudan a que enfermedades mortales como el sarampión y la neumonía no se propaguen en campamentos de refugiados, escuelas y lugares de culto, o cuando las personas cruzan fronteras por motivos laborales o de ocio.

Por ejemplo, siguen produciéndose brotes de sarampión debido a carencias en la cobertura vacunal contra la enfermedad. Sólo en Europa se produjeron en 2017 más de 20.000 casos de sarampión y murieron 35 personas (3). Con cada caso de sarampión se nos recuerda que los niños y adultos no vacunados siguen corriendo el riesgo de contraer y transmitir la enfermedad a otros, independientemente del lugar en el que vivan.

El año pasado, la OMS y sus asociados también trabajaron para preservar la seguridad mundial mediante la distribución de vacunas anticoléricas en Sudán del Sur, vacunas antiamarílicas en el Brasil y Nigeria y vacunas antipoliomielíticas en el Pakistán y el Afganistán. El mundo está hoy a punto de erradicar la poliomielitis y la OMS está trabajando con los países para eliminar otras enfermedades prevenibles mediante vacunación, como el tétanos materno y neonatal.

La inmunización es primordial para servir a las poblaciones vulnerables

En la OMS estamos trabajando también para que los más vulnerables, tanto los afectados por conflictos y emergencias humanitarias como los que se encuentran en lugares de difícil acceso, reciban siempre una vacunación a tiempo. Para ello recopilamos datos con los que entender cómo pueden reducirse los obstáculos a la inmunización y trabajamos con asociados para vacunar a refugiados, como en Cox’s Bazar (Bangladesh).

La inmunización es fundamental para que la cobertura sanitaria sea de calidad y constituye una inversión vital para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluso los no relacionados con la salud. Si los niños están sanos, el dinero que suele destinarse a gastos médicos puede ayudar a satisfacer otras prioridades y las comunidades pueden prosperar.

Artículo de la Dra. Princess Nothemba Simelela, subdirectora general de Familia, Mujeres, Niños y Adolescentes de la OMS.

Referencias

(1) Fuente: Duclos, P, Okwo-Bele, JM, Gacic-Dobo, M, and Cherian, T. Global immunization: status, progress, challenges and future. BMC Int Health Hum Rights. 2009; 9: S2
(2) Gavi – Facts and Figures
(3) En 2017, en Europa los casos de sarampión se han multiplicado por cuatro con respecto al año anterior