España ocupa el penúltimo lugar de la Unión Europea en el uso de estos dispositivos

FEDE reclama a las administraciones un mayor uso de bombas de insulina

Publicado el por Somos Pacientes

España ocupa la penúltima posición de los países de la Unión Europea en el uso de bombas de insulina para el tratamiento de la diabetes. Un listado que encabeza Noruega, donde hasta un 45% de los pacientes con diabetes utiliza estos dispositivos, y que cierra Grecia. Y nuestro país, en el que menos de un 5% de los pacientes se beneficia de las bombas de insulina, se sitúa muy lejos de la media europea, establecida en más del 15%.

Por ello, como reclama Aureliano Ruíz, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), miembro de Somos Pacientes, «es necesaria una mayor implicación de las administraciones públicas hacía un tratamiento que ha demostrado su efectividad en la mejora del control de la glucosa, la reducción de las hipoglucemias y el aumento de la calidad de vida de las personas que padecen esta patología».No en vano, incide Aureliano Ruíz, «en España hay más de 5 millones de personas que padecen diabetes, de los que 30.000 son menores de 15 años y a los que se suman cada año más de 1.100 personas, unos datos que evidencian la necesidad de tomar una mayor conciencia hacía esta patología y sus tratamientos».

Bombas de insulina

Las bombas de insulina son dispositivos pequeños, fáciles de manejar y programar, que administran insulina al paciente a lo largo de todo el día gracias a un mecanismo de infusión que permite al gestionar la cantidad apropiada en cada momento. Es decir, las bombas de insulina imitan el funcionamiento natural del páncreas.

En el caso de los niños con diabetes, las bombas mejoran el control de la diabetes tipo 1 y reducen en hasta cuatro veces el riesgo de sufrir una hipoglucemia, complicación de carácter grave que puede ocasionar la pérdida de conciencia, convulsiones y el coma.

Es más; las bombas de insulina posibilitan una reducción significativa del número de inyecciones que requieren los niños con diabetes: con este tratamiento solo se requiere un cambio en el equipo de infusión cada dos o tres días, por lo que la media de inyecciones se reduce de cinco diarias a una cada tres días –o lo que se lo mismo, las cerca de 150 inyecciones mensuales se reducen a únicamente 10.

Todo ello sin olvidar que las bombas de insulina, al inducir un mejor control de la diabetes, posibilitan que los niños tengan una mayor autonomía y que los padres tengan un menor miedo a la aparición de complicaciones.

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