La OMS estima que la pandemia ha causado más de 20 millones de muertes

Fin de la emergencia sanitaria global por la COVID-19

Publicado el por Somos Pacientes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decretado el fin de la emergencia sanitaria global por la COVID-19 tras más de tres años en los que la pandemia se ha cobrado la vida de, cuando menos, siete millones de personas y, como reconoce el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización, “ha puesto nuestro mundo patas arriba”.

Concretamente, la OMS declaró la emergencia sanitaria el 30 de enero de 2020, momento en el que el número de casos comunicados de infección por el coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-Cov-2) fuera de China no alcanzaba el centenar y no se había registrado ningún fallecimiento.

Pero poco más de tres años después, el impacto de la pandemia ha sido abrumador: los datos oficiales de la Organización registran más de 765 millones de casos y 6.921.614 muertes, si bien como explica su director general, “sabemos que el coste ha sido varias veces mayor, con al menos 20 millones de decesos”.

Además, la pandemia ha tenido un efecto devastador sobre el funcionamiento de los sistemas sanitarios, con millones de personas sin acceso a los servicios esenciales, incluida la absolutamente necesaria vacunación infantil. Todo ello sin olvidar su impacto sobre la economía de todos y cada uno de los países del mundo.

No bajar la guardia

La declaración de fin de la emergencia sanitaria llega tras la tendencia descendente en el número de casos, y muertes, observada en los últimos 12 meses. No en vano, tanto la exposición al virus, o lo que es lo mismo, la acumulación de casos, como la vacunación –a fecha de 30 de abril, la cifra de dosis de vacunas frente a la COVID-19 administradas globalmente superaba los 13.300 millones– han conllevado un aumento de la inmunidad poblacional, lo que ha permitido que muchos países hayan vuelto a una situación muy similar a la previa a la pandemia. 

Por tanto, “es con gran esperanza que declaro que la COVID-19 ha terminado como una emergencia sanitaria mundial. Es un momento de celebración”, destaca el doctor Ghebreyesus, no sin alertar que “esto no quiere decir que la pandemia haya dejado de ser una amenaza sanitaria global”. De hecho, la pasada semana fue responsable de tres muertes cada minuto, millares de personas en todo el mundo seguían luchando por sus vidas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), y millones más se ven abocadas a vivir con las secuelas derivadas de la infección.

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? Pues, concluida la emergencia sanitaria, corresponde a cada país tomar sus propias medidas para lidiar con la pandemia y otras enfermedades infecciosas. Así, indica el director general de la OMS, “lo peor que podría hacer cualquier país con esta noticia es usarla como motivo para bajar la guardia, para desmantelar los sistemas que ha construido, o enviar a su población el mensaje de que la COVID-19 no es nada de lo que preocuparse”.

Y es que, concluye el doctor Ghebreyesus, “el SARS-CoV-2 ha venido para quedarse, sigue matando, y sigue mutando. Todavía existe un riesgo de que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos repentinos de casos y muertes”. Y llegada esta situación, su Organización no dudará en declarar un nueva emergencia sanitaria.

Para leer el comunicado de la OMS pincha aquí.