La salud cardiovascular femenina continúa siendo un reto para la prevención y el diagnóstico precoz. Aunque las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte entre las mujeres, la mayoría no es consciente del riesgo que corre. De hecho, según datos de la propia Asociación, casi el 45% de las mujeres mayores de 20 años vive con algún tipo de afección cardiovascular, y una de cada tres fallecerá por esta causa. Sin embargo, muchas no conocen su estado de salud ni se someten a chequeos regulares que podrían detectar factores de riesgo tempranos.
En este contexto, la Asociación Americana del Corazón ha lanzado un llamamiento para aumentar el conocimiento sobre el síndrome cardiovascular-renal-metabólico (CKM), un conjunto de condiciones interrelacionadas que incluyen enfermedades del corazón, los riñones y trastornos metabólicos como la diabetes, y que juntas multiplican el riesgo de desarrollar patologías graves, especialmente entre las mujeres.
El síndrome CKM se caracteriza por la interacción entre cinco parámetros de salud clave: presión arterial, colesterol, peso corporal, glucemia (azúcar en sangre) y función renal. “Si uno de estos factores se desajusta, puede desencadenar un efecto dominó sobre los otros y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, renal y metabólica”, explica la Dra. Sadiya S. Khan, profesora de medicina preventiva y miembro del grupo asesor científico de la American Heart Association.
Uno de los principales problemas es que muchos de estos factores no presentan síntomas en sus etapas iniciales. Por ello, es fundamental conocer los valores personales de salud mediante exámenes periódicos. Khan destaca que “conocer sus cifras es crucial para optimizar la salud CKM y prevenir futuras complicaciones”.
Mujeres: síntomas distintos y mayor riesgo precoz
Las mujeres pueden desarrollar enfermedades cardíacas de forma diferente a los hombres. Por ejemplo, presentan con mayor frecuencia obstrucciones en vasos sanguíneos pequeños del corazón y, aunque el dolor torácico es el síntoma más común del infarto, en ellas es más habitual experimentar molestias en brazos, mandíbula o cuello. Esta presentación atípica a menudo conduce a un diagnóstico tardío o erróneo.
El riesgo cardiovascular también puede manifestarse antes en mujeres con determinadas patologías. La diabetes tipo 2 y la enfermedad renal crónica pueden adelantar el desarrollo de enfermedades del corazón hasta en 8 o 9 años, y en mujeres con ambas afecciones, este riesgo puede aparecer hasta 26 años antes en comparación con quienes no tienen estos diagnósticos. De ahí la importancia de actuar desde etapas tempranas de la vida.

Embarazo y menopausia: momentos críticos
Los cambios hormonales propios del embarazo y la menopausia también afectan directamente a la salud CKM. Complicaciones durante el embarazo, como la preeclampsia, la diabetes gestacional o la hipertensión, se asocian con un mayor riesgo de enfermedad renal, diabetes tipo 2 y afecciones cardiovasculares a largo plazo.
Durante la menopausia, la caída del estrógeno se acompaña de un aumento de grasa visceral, colesterol y rigidez arterial, factores que aumentan la vulnerabilidad cardiovascular y metabólica. La menopausia precoz, antes de los 45 años, es especialmente preocupante, pues eleva significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades CKM.
Determinantes sociales y desigualdad de género en salud
La Asociación Americana del Corazón subraya además que existen factores sociales que afectan de forma desigual a las mujeres. Las cargas de cuidados, la inseguridad económica o las condiciones del entorno dificultan la adopción de hábitos saludables. Asimismo, un mayor porcentaje de mujeres que de hombres retrasa su atención médica por razones económicas, y muchas encuentran barreras para acceder a una atención de calidad.
En palabras de Khan, “a veces, ser uno su mejor defensor es la mejor apuesta. Queremos empoderar a las mujeres para que aboguen por su salud y pidan evaluaciones completas durante sus revisiones médicas”.
Parámetros ideales de salud para prevenir el CKM
Con el fin de ofrecer una herramienta práctica, la Asociación ha publicado una guía con los valores de referencia ideales para prevenir el síndrome CKM en mujeres. Entre ellos:
- Presión arterial: por debajo de 120/80 mm Hg
- Triglicéridos: menos de 135 mg/dL
- HDL (colesterol bueno): más de 50 mg/dL
- Circunferencia de cintura: menos de 89 cm (79 cm en mujeres asiáticas)
- Índice de masa corporal (IMC): por debajo de 25 (23 en mujeres asiáticas)
- Glucemia en ayunas: entre 70 y 99 mg/dL
- Hemoglobina A1C: inferior al 5,7%
- Albúmina en orina (UACR): menos de 30 mg/g
- Tasa de filtración glomerular (eGFR): igual o superior a 90 mL/min/1.73 m²
Mejorar un solo parámetro puede tener efectos beneficiosos en los demás. Por ejemplo, controlar el azúcar en sangre puede reducir el daño renal y disminuir el riesgo cardiovascular.
El mensaje es claro: conocer, prevenir y actuar. La detección temprana, el seguimiento de los valores de salud y un enfoque integral pueden marcar la diferencia para millones de mujeres. Una oportunidad para poner en el centro la salud femenina desde una mirada preventiva y personalizada.