El Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y en colaboración con el Comisionado de Salud Mental, ha elaborado una serie de recomendaciones dirigidas a las personas que consumen psicofármacos con el fin de prevenir los riesgos asociados a la exposición al calor extremo. El objetivo es proteger la salud de los pacientes que, debido a ciertos tratamientos, pueden ser más vulnerables ante las altas temperaturas.
Según advierte la AEMPS, algunos psicofármacos pueden alterar la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, lo que incrementa el riesgo de golpe de calor. Otros disminuyen la percepción del malestar provocado por el calor, lo que puede hacer que las personas se expongan sin tomar las precauciones necesarias.
Para minimizar estos riesgos, las autoridades sanitarias recomiendan a las personas que toman psicofármacos evitar la exposición directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día, utilizar protección solar, permanecer en lugares frescos e hidratarse con frecuencia, además de optar por comidas ligeras y vestir ropa adecuada para el calor. Los cuidadores de personas que toman estos medicamentos deben vigilar especialmente su estado de salud y actuar ante cualquier síntoma de alarma.
Junto a las recomendaciones, la AEMPS ha puesto a disposición de la ciudadanía un buscador de medicamentos que pueden incrementar la vulnerabilidad frente al calor, además de una serie de infografías informativas sobre cómo reconocer los síntomas de un golpe de calor y las actuaciones recomendadas para cada situación.

Detectar los síntomas
Entre los síntomas leves que requieren atención se encuentran el dolor de cabeza, las náuseas, la sudoración excesiva, la piel fría, el cansancio y la fiebre por debajo de 40°C. Si estos síntomas persisten más de una hora, especialmente en personas con enfermedades crónicas o si se acompañan de vómitos, las autoridades recomiendan acudir a un profesional sanitario.
Por otro lado, los síntomas graves que pueden indicar un golpe de calor son piel caliente y enrojecida, respiración o pulso acelerados, fiebre superior a 40°C y alteraciones de la consciencia. Ante estos signos, se debe llamar inmediatamente al 112 y, mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia, refrescar a la persona en un lugar fresco, aplicar paños húmedos y evitar darle líquidos por vía oral.