Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte en Europa, responsables de uno de cada tres fallecimientos y del 20% de las muertes prematuras antes de los 65 años. Aunque en España el cáncer superó en 2023 a estas patologías como principal motivo de fallecimiento, las dolencias del corazón siguen estando en el origen de más de una cuarta parte de los decesos. Ante esta situación, el Plan Europeo de Salud Cardiovascular se presenta como una oportunidad para transformar el abordaje sanitario de estas enfermedades.

Impulsado por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y Vaccines Europe —con la participación activa de Farmaindustria—, su consulta pública finaliza el 15 de septiembre. El plan plantea un enfoque que promueve la colaboración entre todos los actores del sistema: pacientes, profesionales sanitarios, administraciones e industria. Las entidades proponen, en un documento remitido a la Comisión Europea, objetivos concretos para reducir tanto la mortalidad como la morbilidad prematura, subrayando el papel fundamental de la prevención, el diagnóstico temprano y el uso estratégico de datos y soluciones digitales.

Atención más equitativa

Uno de los aspectos clave del plan es su apuesta decidida por la equidad en el acceso a la atención cardiovascular. En esta línea, se reconoce la necesidad de identificar desde la atención primaria a las poblaciones más vulnerables —tanto por su situación socioeconómica como por razones de género o territorio—, y diseñar estrategias de prevención secundaria adaptadas a sus realidades. Las organizaciones de pacientes pueden jugar un papel decisivo en esta tarea, ya que conocen de primera mano las barreras a las que se enfrentan quienes conviven con estas enfermedades.

Además, se destaca la necesidad de reconfigurar las vías asistenciales, promoviendo una colaboración efectiva entre hospitales, centros de salud y servicios sociales. Esta integración resulta esencial para detectar de forma precoz a las personas en riesgo y garantizar un seguimiento activo, mejorando así su calidad de vida y reduciendo las complicaciones.

Datos y digitalización

Otro de los ejes del plan europeo es el impulso al uso de datos sanitarios de calidad. El objetivo es avanzar hacia una atención más personalizada y eficiente, en la que la información clínica esté accesible y actualizada a través de las historias clínicas electrónicas. Este enfoque facilitaría, además, el seguimiento de los pacientes, el control de la adherencia terapéutica y el desarrollo de herramientas de autocuidado.

La industria farmacéutica subraya también la importancia de fomentar un entorno que favorezca la innovación y los ensayos clínicos, con inversiones sostenidas en investigación y desarrollo (I+D), así como con la agilización de los procesos regulatorios. De nuevo, aquí las asociaciones de pacientes pueden contribuir aportando su experiencia para orientar la investigación hacia necesidades reales y mejorar la participación en los estudios clínicos.

España, en sintonía con la estrategia europea

Este plan sigue muy de cerca las conclusiones y recomendaciones del informe Hacia una mejor salud cardiovascular en España, elaborado por Farmaindustria, Efpia y la consultora PwC en 2023. El documento recoge tres líneas estratégicas muy alineadas con el plan europeo: reforzar la prevención, promover la equidad y mejorar la calidad y accesibilidad de los datos clínicos.

“El Plan Europeo de Salud Cardiovascular es una gran oportunidad para transformar la salud. Desde la industria farmacéutica consideramos indispensable abordarlo desde una mayor prevención, una mejora del diagnóstico precoz y del seguimiento activo, y un aprovechamiento de las nuevas soluciones digitales”, afirma Arantxa Sancho, directora de Asuntos Médico-Científicos de Farmaindustria. “Para nosotros es una responsabilidad y un compromiso la colaboración entre todos los agentes para contribuir juntos a una mejor salud pública”.