Miles de personas se movilizarán este 10 de octubre en el Día Mundial de la Salud Mental a lo largo y ancho de España. En concreto, Madrid acogerá una nueva edición de la Marcha por la Salud Mental para reclamar una sociedad más justa, inclusiva y consciente de las necesidades del colectivo.

Arropados por la confederación nacional, este año se pretende visibilizar cómo los desastres naturales y las situaciones de conflicto bélico afectan profundamente nuestro bienestar psicológico. Un lema que refleja la realidad de que todas las personas son vulnerables frente a las crisis, emergencias sociales o cambios vitales que pueden afectar la salud mental.

La cita comenzará a las 18:00 horas en Atocha y finalizará en la plaza de Cibeles, un recorrido que estará cargado de reivindicaciones y concienciación. Las asociaciones de pacientes, entidades del ámbito social y personas afectadas marcharán para exigir políticas públicas que garanticen, entre otros aspectos, la atención temprana equitativa y la implantación de entornos sociales y laborales verdaderamente inclusivos.

El empleo, barrera y oportunidad

Una de las grandes reclamaciones del colectivo es el acceso a empleo. Según el II Informe Discapacidad, Salud Mental y Empleo de la Fundación Adecco, solo el 27,3% de las personas con discapacidad psicosocial (aquellas cuyo diagnóstico de salud mental limita su vida diaria) está en activo o busca empleo. Esto convierte a este grupo en el más excluido del mercado laboral entre todos los tipos de discapacidad.

Pese a ello, el 88% de las personas encuestadas considera que el empleo es beneficioso para su salud mental. Aporta rutina, autoestima, independencia económica y oportunidades de relación social. Pero el camino hasta lograr un puesto de trabajo está lleno de obstáculos: el 82,3% experimenta ansiedad, miedo al rechazo, dificultades técnicas o falta de apoyo en el proceso de búsqueda. Además, un 58,4% ha recibido preguntas estigmatizantes en entrevistas de trabajo, lo que refuerza el autoestigma y frena la participación.

La falta de adaptaciones en los procesos de selección, el uso de expresiones excluyentes en las ofertas (“trabajo bajo presión”, “disponibilidad total”) o la escasa claridad en los roles laborales agravan esta situación. Según la Fundación Adecco, el 66% de quienes logran acceder a un empleo teme perderlo por falta de apoyos adecuados, algo que podría evitarse con ajustes sencillos y un acompañamiento más humano.

El autocuidado, una herramienta clave

Paralelamente, el autocuidado aparece como otra dimensión crucial en el bienestar emocional. Así lo refleja la I Radiografía del Autocuidado de la Salud en España, elaborada por la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), que muestra que el 69,3% de los ciudadanos identifica el estrés como el principal factor que afecta a su salud mental, seguido por la ansiedad (65,2%) y las relaciones personales (65%).

Las diferencias de género son notables: las mujeres declaran verse más afectadas por el estrés y la ansiedad que los hombres, y muestran también una mayor predisposición a buscar ayuda profesional. En contraste, todavía un 16,9% de la población afirma que no contempla acudir a tratamiento psicológico ante un problema de salud mental.

Las estrategias de autocuidado más extendidas son el ocio (62,9%), la práctica de ejercicio físico (55,8%) y compartir las preocupaciones con otras personas (47%). Nuevamente, aparecen diferencias: los hombres tienden más al autocuidado individual, mientras que las mujeres prefieren el apoyo emocional compartido.