Muchas veces la disfagia (dificultad para tragar) está provocada por enfermedades que causan un mal funcionamiento de la lengua o de los músculos de la garganta y el esófago, como accidente cardiovascular, la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson. La disfagia puede ser peligrosa porque puede provocar problemas respiratorios y nutricionales. Para evitarlo hay que realizar un plan de cuidados específicos.

Esta Guía elaborada por Nestle Nutrición que ha colgado en su web la asociación Corea de Huntington de Castilla y León pretende ayudar a los pacientes mediante consejos y técnicas