Unidos por la salud

Pertenece y transforma la comunidad de pacientes

El Punto SIGRE, el contenedor ubicado en las farmacias para depositar correctamente los residuos de medicamentos, contará a partir de ahora con dos nuevas pegatinas informativas con el objetivo de mejorar la sensibilización ciudadana y el correcto uso del sistema de reciclaje de medicamentos en España. Esta nueva iniciativa de SIGRE Medicamento y Medio Ambiente, organización sin ánimo de lucro que coordina la correcta gestión medioambiental de los envases y restos de medicamentos de origen doméstico, ha sido presentada este miércoles en Madrid. Según han explicado, la incorporación de estos adhesivos tiene como finalidad ?afianzar y mejorar la sensibilización de la ciudadanía sobre el uso seguro de los medicamentos?, un uso que no finaliza hasta que sus residuos son depositados en el Punto SIGRE.

El primer adhesivo consiste en una infografía clara y visual que detalla qué residuos deben depositarse en el contenedor: envases vacíos de medicamentos, cajas de cartón, prospectos, tratamientos caducados o ya finalizados, medicamentos en mal estado y sistemas personalizados de dosificación. La misma pegatina también aclara qué residuos no deben depositarse, como agujas, jeringuillas, radiografías o test de autodiagnóstico, e invita a los ciudadanos a consultar a su farmacéutico en caso de duda.

Por su parte, el segundo adhesivo incorpora un código QR que dirige a los usuarios a un espacio digital con información detallada sobre el funcionamiento de SIGRE, el tratamiento que reciben los residuos y los beneficios sociales, sanitarios y medioambientales del reciclaje de medicamentos.

Apoyo masivo del sector farmacéutico

Según datos de SIGRE, el 94 % de los farmacéuticos declara animar activamente a sus pacientes a utilizar periódicamente el Punto SIGRE, lo que convierte a la red farmacéutica en uno de los pilares fundamentales para el éxito de esta iniciativa. ?La profesión farmacéutica se ha convertido en el mejor embajador para sensibilizar a la población sobre la importancia de reciclar los medicamentos?, ha destacado el director general de SIGRE, Miguel Vega.

Esta colaboración estrecha ha hecho posible que SIGRE pueda llegar con su mensaje a millones de ciudadanos. De hecho, más de dos millones de personas visitan cada día alguna de las más de 22.100 farmacias de España, lugares que han sido identificados por el 94 % de los ciudadanos como el punto más adecuado para situar estos contenedores, según un reciente sondeo de la propia organización.

Resolver las dudas más frecuentes

La campaña también busca responder a las tres dudas más comunes que tienen los ciudadanos respecto al Punto SIGRE: qué se puede depositar en él, cuál es el destino final de los residuos y qué beneficios se derivan de su correcta gestión. La nueva señalización ayudará a resolver estas preguntas de forma clara y accesible, mejorando así la participación y la eficacia del sistema.

Desde su creación, SIGRE ha trabajado para fomentar el uso responsable y seguro de los medicamentos, además de su correcta gestión una vez terminados o caducados. Gracias a este modelo, España se sitúa como uno de los países europeos más avanzados en cuanto a reciclaje de medicamentos de uso doméstico.

Compromiso con la salud y el medio ambiente

El sistema SIGRE no solo evita que los restos de medicamentos acaben en la basura o en el desagüe, sino que contribuye a preservar el medio ambiente y la salud pública al asegurar un tratamiento especializado de los residuos. Además, el modelo español, al estar vinculado a la red de farmacias y contar con el compromiso del sector sanitario, se ha convertido en una referencia a nivel internacional.

Con esta nueva acción informativa, SIGRE refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la educación sanitaria, recordando que el ciclo del medicamento no termina hasta que sus restos vuelven de forma segura a la farmacia.

La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) ha puesto sobre la mesa una de las grandes asignaturas pendientes del sistema sanitario español: la falta de mecanismos estructurados y eficaces para incorporar la participación de los pacientes en la toma de decisiones. Así lo ha comentado el director general de la POP, Pedro Carrascal, ha afirmado este lunes, durante un encuentro informativo organizado por Europa Press y Roche. Según la POP, a pesar de los avances puntuales y del diálogo abierto con las administraciones, el sistema sigue sin estar preparado para contar con la perspectiva de los pacientes de manera transversal y permanente.

Uno de los aspectos que la POP considera prioritarios es la necesidad de reconocer jurídicamente a las asociaciones de pacientes dentro del marco normativo pendiente de tramitación parlamentaria. Para ello, proponen que la ley defina con claridad qué es una asociación de pacientes, cuáles son sus funciones y objetivos, y establezca un interlocutor estable y permanente con el Ministerio de Sanidad, para evitar una interlocución fragmentada o desigual.

Desde la POP se insiste en que no basta con reconocer la importancia del paciente en el discurso: es necesario articular esa participación desde un enfoque organizativo, con objetivos definidos y estructuras claras. ?Se están dando pasos, pero falta el gran armazón que sustente esta participación como parte integrada y estable del sistema?, señalan desde la plataforma. En ese sentido, destacan iniciativas como el proyecto de Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el Foro Abierto en Salud, la futura Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud, o los convenios de colaboración con instituciones clave como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

Una participación que exige estructura y reconocimiento

El reto, según la POP, no reside únicamente en habilitar espacios de participación, sino en dotar a las asociaciones de los recursos y el estatus necesarios para ejercer su labor con garantías. La plataforma subraya que el movimiento asociativo de pacientes en España, aunque históricamente exitoso y cada vez mejor estructurado, continúa siendo frágil y en muchos casos opera sin reconocimiento institucional ni financiación estable.

Este diagnóstico también ha sido compartido por otras organizaciones de pacientes, que coinciden en la necesidad de un cambio profundo en el modelo actual. Desde el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), su presidenta, Begoña Barragán, denuncia que las asociaciones están asumiendo funciones que deberían corresponder al sistema público. ?Estamos colaborando en la inequidad porque cubrimos vacíos estructurales. Si no cambia el modelo, estamos abocados al fracaso?, advierte.

Barragán insiste además en que las asociaciones no pueden ser tratadas jurídicamente igual que cualquier otra entidad ciudadana. ?No es lógico que estemos registradas como si fuésemos un club de petanca o una asociación de vecinos. Necesitamos un reconocimiento administrativo diferente, con derechos, obligaciones y recursos acordes a nuestra función?.

POP

Reclamo de participación con voz y voto

La petición de una participación más activa y vinculante también fue respaldada por representantes de otras entidades como la Federación Española de Diabetes (FEDE). Su presidente, Antonio Lavado, criticó que las nuevas normativas tiendan a centrarse en los deberes del paciente sin otorgarles los derechos correspondientes. ?Nos quieren para lo mismo de siempre: recoger datos, movilizar pacientes y difundir resultados. Pero eso no es suficiente. Queremos participar en las políticas sanitarias con voz y voto?, expresó.

Lavado propuso, por ejemplo, la inclusión de las asociaciones en la planificación de compras públicas conjuntas de material sanitario, una cuestión que afecta directamente al bienestar de los pacientes. Muchos de ellos, afirma, se ven obligados a cambiar de productos habituales por decisiones administrativas que no tienen en cuenta su experiencia ni sus necesidades.

Optimismo con matices y necesidad de formación

Aunque el tono general es de reivindicación, también hay espacio para el optimismo. Daniel-Aníbal García, presidente de la Federación Española de Hemofilia (Fedhemo), reconoció que, si bien el sistema aún no es plenamente participativo, sí existen espacios donde se está avanzando. No obstante, subrayó la importancia de formar a los profesionales sanitarios para que puedan mantener consultas más participativas, en las que se escuche al paciente y se pueda incluso debatir con él desde el respeto clínico y humano.

Por último, en el plano institucional, desde el Ministerio de Sanidad se reconoce la necesidad de avanzar en esta dirección. Aunque cuestiones como la compra pública conjunta siguen dependiendo de las comunidades autónomas, se trabaja en establecer un lenguaje común con el Ministerio de Derechos Sociales para facilitar la coordinación sociosanitaria. Una vez consolidado ese marco, se prevé incorporar de forma más activa a los pacientes y sus organizaciones.

La POP insiste: integrar la perspectiva del paciente no es una opción, sino una necesidad si se quiere avanzar hacia un sistema más equitativo, eficiente y centrado verdaderamente en las personas. La participación no puede seguir siendo simbólica; debe traducirse en estructuras, normas y decisiones compartidas.

El cáncer de ovario continúa siendo uno de los grandes retos en ginecología oncológica por su agresividad y dificultad para ser detectado en fases tempranas. Aunque se trata de una enfermedad poco frecuente en comparación con otros tipos de cáncer ginecológico, su pronóstico sigue siendo desfavorable debido, en gran parte, a que los síntomas iniciales suelen pasar desapercibidos o se confunden con dolencias menores. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican más de 300.000 nuevos casos de cáncer de ovario en todo el mundo. La mayoría de estos casos se identifican cuando la enfermedad ya se encuentra en fases avanzadas, lo que reduce de forma significativa las posibilidades de un tratamiento curativo.

?La dificultad principal es que, en sus etapas iniciales, el cáncer de ovario puede ser completamente asintomático o manifestarse con síntomas muy sutiles como hinchazón abdominal, dolor pélvico, sensación de saciedad temprana o cambios en el ritmo intestinal. Todo ello puede confundirse fácilmente con molestias digestivas o ginecológicas comunes?, explica la doctora María Contreras, ginecóloga especialista en salud de la mujer.

Pese a que puede afectar a mujeres de cualquier edad, la incidencia del cáncer de ovario aumenta con el paso de los años, siendo más frecuente entre los 50 y los 70 años. Existen además otros factores que elevan el riesgo, como tener antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon; la presencia de mutaciones genéticas en los genes BRCA1 o BRCA2; la menopausia tardía; el no haber tenido embarazos; o factores de estilo de vida como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo.

?La genética juega un papel clave, y por eso es tan importante conocer los antecedentes familiares y valorar, si procede, una consulta de asesoramiento genético?, señala la doctora Contreras. Las mujeres portadoras de mutaciones en los genes BRCA tienen un riesgo considerablemente más alto de desarrollar cáncer de ovario a lo largo de su vida, por lo que la vigilancia activa y el control personalizado se vuelven fundamentales.

Detección precoz: una asignatura pendiente

Actualmente, no existe un programa de cribado poblacional eficaz para la detección precoz del cáncer de ovario, como ocurre con otros tumores como el de mama o el de cuello uterino. Por ello, el diagnóstico sigue dependiendo, en buena medida, de la consulta ginecológica y de la sospecha clínica basada en síntomas persistentes. ?Una buena historia clínica, una exploración física cuidadosa, la ecografía transvaginal y la determinación de marcadores tumorales en sangre son las herramientas que tenemos a nuestro alcance. Sin embargo, en mujeres asintomáticas, estas pruebas por sí solas no garantizan la detección del cáncer en fases iniciales?, afirma la doctora.

Ante esta limitación, los especialistas insisten en la importancia de mantener una vigilancia activa, especialmente en mujeres con factores de riesgo. Realizar revisiones ginecológicas de forma periódica puede ser decisivo para identificar signos de alarma que justifiquen pruebas adicionales o un seguimiento más estrecho.

Escuchar al cuerpo y promover hábitos saludables

Uno de los mayores retos en esta patología es la falta de información entre la población femenina. Muchas mujeres desconocen que este tipo de cáncer no suele presentar síntomas evidentes hasta fases avanzadas, lo que hace aún más urgente la labor educativa desde la consulta ginecológica. ?La prevención empieza por la información. Nuestro objetivo no es alarmar, sino empoderar a las mujeres para que conozcan los riesgos, consulten ante cualquier síntoma y participen activamente en su cuidado?, concluye la doctora Contreras.

La prevención también pasa por prestar atención a los cambios corporales y adoptar un estilo de vida saludable. La doctora Contreras recuerda que ?no hay que subestimar síntomas persistentes como la hinchazón abdominal, el dolor pélvico o las digestiones difíciles, sobre todo si se repiten o se prolongan en el tiempo?.

Desde el punto de vista preventivo, se recomienda practicar ejercicio físico con regularidad, seguir una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y fibra, y evitar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol. Estos factores, aunque no eliminan el riesgo, sí pueden contribuir a mejorar el estado general de salud y facilitar un diagnóstico más temprano si la enfermedad aparece.

Así, frente a una enfermedad tan silenciosa como el cáncer de ovario, la clave está en la escucha atenta al propio cuerpo, el seguimiento médico personalizado y una mayor concienciación social sobre los factores de riesgo y los signos de alarma. Porque cuanto antes se detecte, mayores serán las opciones de tratamiento y supervivencia.

Vivimos una época en la que se está produciendo una auténtica revolución biomédica, especialmente en el ámbito de la hematología oncológica. Los avances científicos se suceden a una velocidad sin precedentes. Nuevas terapias, ensayos clínicos innovadores y medicamentos dirigidos prometen cambiar el pronóstico de enfermedades antes intratables. Sin embargo, esta transformación científica plantea un reto fundamental: ¿estamos incluyendo realmente a los pacientes desde el principio del proceso? ¿Estamos escuchando su voz cuando se diseña la investigación que, en teoría, está pensada para mejorar su vida?

Celia Marín, presidenta de Psoriasis en Red y responsable de Comunicación y Desarrollo de Proyectos de la Agrupación Española contra la Leucemia y Enfermedades de la Sangre (AELCLÉS), además de paciente experta graduada en la Academia Europea de Pacientes (EUPATI), lanza un mensaje claro: los pacientes estamos preparados para formar parte activa de la investigación, pero necesitamos que se cuente con nosotros desde el inicio. ?La participación de los pacientes en la investigación, en los ensayos clínicos, es fundamental. Estamos preparados para integrarnos en todos los procesos que tienen que ver con la investigación. Pero es muy importante que formemos parte del proceso desde el principio, desde que se está diseñando cualquier tipo de ensayo clínico o protocolo?, señala con firmeza.