En España viven más de 210.000 personas ostomizadas. Para muchas de ellas, el simple hecho de salir de casa, viajar o realizar cualquier actividad social puede convertirse en una fuente de estrés si no disponen de baños adaptados. Según datos de la Federación de Asociaciones de Personas Ostomizadas de España (Fapoe), actualmente existen algo más de 500 aseos acondicionados específicamente para sus necesidades, una cifra que, si bien ha crecido en los últimos años, sigue siendo “claramente insuficiente”.

Las personas ostomizadas son aquellas que, debido a una intervención quirúrgica, han necesitado la creación de un estoma, una abertura en el abdomen para permitir la salida de heces u orina. Este procedimiento, que puede deberse a enfermedades como el cáncer de colon, enfermedades inflamatorias intestinales u otros problemas médicos graves, requiere el uso permanente o temporal de una bolsa adherida al abdomen para recoger los desechos corporales.

Para quienes viven con una ostomía, la existencia de baños adaptados no es un lujo, sino una necesidad básica para llevar una vida digna, segura e higiénica. Desde Fapoe subrayan que estos aseos “son indispensables para que las personas con una bolsa puedan normalizar sus vidas”. “Allí donde cualquier persona necesita un baño, las personas ostomizadas, por derecho e higiene, también lo necesitan”, afirma su presidenta, Yolanda Fernández.

Salir de casa con miedo

La falta de baños adaptados condiciona profundamente la vida diaria de estas personas. Muchas de ellas experimentan una gran angustia al realizar actividades cotidianas: desde ir al trabajo hasta disfrutar de unas vacaciones. El temor a sufrir fugas o reventones de la bolsa, y no tener un lugar adecuado donde vaciarla o cambiarla, limita su autonomía e impacta en su bienestar emocional.

“Todavía son muchos los que sienten miedo al salir de casa, al viajar, o incluso al realizar actividades sociales sencillas”, explica Fernández, quien lamenta que hablar de ostomías siga siendo un tabú. “Evacuar forma parte del proceso natural de la vida, desde el mismo momento en que se nace. Y sin embargo, en pleno siglo XXI, las personas ostomizadas seguimos enfrentándonos a barreras por una necesidad fisiológica”, añade.

Campings accesibles

Frente a esta realidad, algunas iniciativas están comenzando a marcar la diferencia. Es el caso del Camping Esponellà, en Girona, que recientemente ha incorporado un baño adaptado para personas ostomizadas, convirtiéndose en el segundo alojamiento de este tipo en Cataluña y el sexto en toda Europa. En España, el pionero fue el Camping Picos de Europa, que adaptó sus instalaciones en 2022.

“Queremos agradecer que, aprovechando la reforma de sus aseos, el Camping Esponellà haya tenido en cuenta nuestra necesidad y haya abierto sus puertas a ostomizados que disfrutarán de sus instalaciones de forma segura, higiénica y digna”, destacó la presidenta de Fapoe.

Estas iniciativas son valoradas por el movimiento asociativo, pero se consideran aún testimoniales. “Más de 500 baños adaptados para más de 210.000 personas no son suficientes, y cada año se suman cerca de 16.000 nuevas ostomías, permanentes y temporales”, recuerdan desde la federación.

En paralelo, desde Fapoe se apuesta también por herramientas tecnológicas que ayuden a mejorar el día a día de las personas ostomizadas. Un ejemplo es la aplicación gratuita Ostomiaseo, que permite localizar fácilmente el baño adaptado más cercano. Esta app se ha convertido en una herramienta clave para planificar desplazamientos con mayor seguridad.