Con la llegada del verano y la apertura de piscinas, playas, ríos y pantanos, el Hospital Nacional de Parapléjicos, en colaboración con la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), la Federación Nacional ASPAYM, Cruz Roja Española y la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS), ha lanzado una nueva edición de su campaña de prevención de lesiones medulares con un mensaje claro: “Con cabeza sí, de cabeza no”. Y es que, una zambullida puede cambiar una vida en cuestión de segundos.

Estas organizaciones advierten de nuevo que la lesión medular por zambullidas imprudentes sigue siendo una de las principales causas de discapacidad irreversible en verano, especialmente entre varones jóvenes. La campaña, activa en redes sociales bajo los hashtags #Zambullidas2025, #ConCabezaSí y #DeCabezaNo, quiere recordar a la ciudadanía que la prudencia es la mejor medida preventiva para evitar consecuencias devastadoras.

Los datos son elocuentes. Según el último balance del Hospital Nacional de Parapléjicos, en el verano pasado se registraron tres ingresos hospitalarios por lesiones medulares provocadas por zambullidas, todos ellos hombres de 25, 46 y 55 años procedentes de Alicante, Valladolid y Madrid. En los tres casos, las lesiones se produjeron en la zona cervical, dos de ellas resultando en tetraplejias completas. “Estamos hablando de lesiones que cambian la vida de personas jóvenes, con secuelas funcionales muy severas, y lo más doloroso es que muchas se podrían haber evitado. Por eso, debemos actuar antes de que suceda: prevenir salva vidas, y la mejor lesión medular es la que nunca pasa”, explica la Dra. Alcobendas, directora del centro de referencia en España para estos casos.

Un error común: una consecuencia irreversible

El gesto de tirarse de cabeza en un lugar desconocido o con poca profundidad es el causante más frecuente de estas lesiones. Un mal cálculo, una mala decisión o el desconocimiento del entorno pueden hacer que el bañista impacte con fuerza contra el fondo, provocando la fractura de vértebras cervicales y daños irreparables en la médula espinal. “Una sola zambullida puede dejar a una persona sin movilidad, sin sensibilidad y en situación de dependencia total para el resto de su vida”, advierte la Dra. Helena Bascuñana, presidenta de la SERMEF. Las lesiones de este tipo son difíciles de tratar, tienen un impacto emocional devastador y requieren de una rehabilitación larga y costosa.

Desde ASPAYM, su presidenta Mayte Gallego subraya la importancia de este tipo de campañas: “Los datos de este año demuestran que no podemos bajar la guardia. Hay que evitar el exceso de confianza, sobre todo en entornos que no se conocen bien, y zambullirse siempre con las manos por delante”, aconseja.

Cinco pautas clave para evitar lesiones medulares

Las entidades promotoras de la campaña han sintetizado en cinco recomendaciones esenciales las medidas de prevención que todo bañista debe seguir antes de lanzarse al agua:

  1. Conocer la profundidad del agua: nunca hay que lanzarse sin saber si el fondo está a una distancia segura. Zambullirse en aguas poco profundas es el principal factor de riesgo.
  2. Entrar al agua con los pies primero: especialmente en una primera vez, esto permite comprobar la profundidad y la posible presencia de obstáculos bajo el agua.
  3. Supervisión constante de menores: niños y adolescentes deben estar siempre acompañados por un adulto responsable durante las actividades acuáticas.
  4. Evitar el consumo de alcohol antes del baño: el alcohol disminuye la capacidad de juicio y aumenta el riesgo de tomar decisiones peligrosas.
  5. Prestar atención a la señalización: muchas zonas de baño están correctamente señalizadas. Respetar las zonas seguras y educar sobre los peligros es parte fundamental de la prevención.

¿Qué hacer en caso de accidente?

Si se produce una posible lesión medular por zambullida, es fundamental actuar con rapidez y responsabilidad:

  • No mover al lesionado: cualquier movimiento puede agravar el daño en la médula espinal. Hay que mantener a la persona inmóvil y estabilizada.
  • Llamar inmediatamente al 112 o al servicio de emergencias: informar claramente de la situación y del lugar exacto del accidente.
  • Mantener la calma: hablar con el lesionado, si está consciente, y tranquilizarlo hasta que llegue el equipo sanitario.