Ocho mujeres con cáncer de mama protagonizan el documental Sacar pecho, una pieza que narra su recorrido personal y emocional frente a la enfermedad y que se ha presentado en el Congreso de los Diputados como una herramienta para sensibilizar y pedir más recursos para la investigación. El acto ha servido para poner el foco en la dimensión física, psicológica y social del cáncer de mama, y para reclamar un mayor compromiso institucional con quienes lo afrontan. “Sacar pecho no ignora la realidad, pero demuestra que, incluso frente al miedo, merece la pena luchar y avanzar”, ha dicho Isabel Bordoy, una de las protagonistas del documental.

La obra, nacida en la Unidad de Mama del Hospital Comarcal de Inca (Mallorca), ha contado con la participación de la Fundación SOLTI y la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Muestra el recorrido por la sierra de Tramontana de ocho mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, y se convierte en una metáfora del camino de superación que atraviesan miles de pacientes cada año.

La impulsora de la iniciativa es Mar Comín, otra de las protagonistas, fundadora de la productora Vivirdelcuento. Tras ser operada, su cirujano, Valerio Corazza, le propuso dar forma a un proyecto que ofreciera apoyo emocional a otras mujeres en su misma situación. “Este es el documental que a mí me hubiera gustado ver cuando me diagnosticaron hace seis años. Queremos ayudar a las mujeres que han pasado, pasan o pasarán por esto. Porque una de cada ocho lo hará en España”, señaló Comín.

Durante la presentación, se ha recordado también a María Pau Ramis, una de las participantes, fallecida tras el rodaje. Su testimonio forma parte de una obra que no solo busca visibilizar, sino también dejar una huella de esperanza. Además del relato íntimo de las pacientes, el documental incluye mensajes clave sobre prevención, diagnóstico precoz y tratamiento integral del cáncer de mama.

Poner el foco en la empatía y la compasión

El doctor Valerio Corazza ha recalcado que la pieza va más allá de los datos clínicos y quiere poner el foco en la empatía, la compasión y la humanización, valores esenciales en la atención sanitaria. “Esto debería formar parte no solo de la formación médica, sino también de la educación escolar”, defendió. Corazza insistió en la importancia de que las pacientes reciban información clara y continuada, para reducir la ansiedad e incertidumbre que acompaña a muchas fases del proceso. También defendió la necesidad de apostar por un enfoque multidisciplinar y por reforzar la prevención mediante campañas de hábitos saludables y cribado.

La oncóloga Montserrat Muñoz, en representación de la Fundación SOLTI, subrayó la importancia de informar a la sociedad y exigir más recursos para investigar. “Solo así podremos avanzar y tomar decisiones compartidas entre pacientes y profesionales”, apuntó.

El cáncer no puede esperar

En su intervención, la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, respaldó las reivindicaciones y lanzó un mensaje claro: “El cáncer no es un problema ante el que podamos mirar hacia otro lado”. Armengol recordó que una de cada ocho mujeres en España desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida. Aunque la mortalidad ha descendido gracias a los avances médicos, la incidencia no deja de crecer. “Esto demuestra que cuando la ciencia tiene recursos, funciona. Por eso debemos invertir en salud pública, ciencia e investigación. Hay que blindar estos pilares del Estado del bienestar”, sostuvo.

La presidenta del Congreso también pidió que el camino del cáncer se transite “acompañada” y no en soledad, apostando por una sociedad de los cuidados, donde los servicios públicos garanticen prevención, diagnóstico precoz, apoyo médico y social, y condiciones laborales dignas para los profesionales. “Cuidar no es solo recetar medicamentos. Es poner el conocimiento al servicio de la sociedad, acompañar desde la escucha, desde la empatía”, añadió.

Armengol cerró su discurso recordando a todas las mujeres que viven o han vivido un cáncer de mama, y también a quienes fueron diagnosticadas tarde, a quienes no recibieron acompañamiento o a quienes ya no están. “Por todas ellas debemos actuar con urgencia”, concluyó.