La Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos de Madrid (ASPAYM Madrid) ha denunciado públicamente el uso fraudulento de las tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida (tarjetas PMR). Según alerta la entidad, cada vez son más frecuentes los casos en los que familiares o allegados de personas con discapacidad hacen uso indebido de estas tarjetas para estacionar en plazas reservadas, incluso en situaciones en las que el titular ha fallecido o no está presente en el vehículo.
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“Estos fraudes los comete gente que se supone concienciada o sensibilizada con nuestra problemática para aparcar y llegar a los sitios”, lamenta Carolina López, presidenta de ASPAYM Madrid. “Son personas que dificultan nuestra movilidad y autonomía con un comportamiento egoísta, poco empático y nada inclusivo hacia las personas con discapacidad”.
Desde la asociación se recalca que este uso indebido vulnera los derechos fundamentales de las personas con discapacidad y obstaculiza su participación plena en la sociedad. “No se trata de un privilegio, sino de una necesidad”, insisten, recordando que las plazas reservadas cuentan con dimensiones específicas que permiten la entrada y salida segura de vehículos adaptados.
Reforma legal para frenar el fraude
Mario Moñino, secretario de la junta directiva de ASPAYM Madrid y vocal de FEMADEN (Federación Madrileña de Enfermedades Neurológicas), ha recordado que el uso fraudulento de estas tarjetas es habitual y que en muchas ocasiones es difícil actuar en el momento. Por ello, hace un llamamiento a los responsables políticos para que modifiquen la Ley de Seguridad Vial y se endurezcan las consecuencias legales. “Desde CERMI Madrid y FEMADEN hemos pedido que este tipo de infracciones supongan pérdida de puntos del carnet de conducir, además de una sanción económica mayor”, ha afirmado. A su vez, pide a quienes sí tienen derecho a la tarjeta que valoren si realmente necesitan ocupar una plaza reservada, para no limitar su uso a quienes realmente lo precisan.
Desde ASPAYM Madrid advierten que estas prácticas fraudulentas suponen una agresión directa a la igualdad de oportunidades y alimentan la desconfianza social hacia las personas con discapacidad. Además, obstaculizan el progreso en materia de accesibilidad e inclusión, un terreno en el que aún queda mucho por avanzar.
La entidad también reclama un mayor compromiso institucional en la lucha contra este tipo de fraudes. Pide que se refuercen los mecanismos de control, como la vinculación entre tarjeta y vehículo, y que se establezca un sistema para desactivar automáticamente las tarjetas de personas fallecidas. “Hay que concienciar en lo concreto”, defiende Carolina López, quien propone desarrollar campañas de sensibilización en colaboración con ayuntamientos e instituciones públicas. “Igual que se hacen campañas para mantener limpio el barrio o sensibilizar sobre el reciclaje, hay que explicar claramente por qué estas tarjetas son vitales y por qué su uso indebido nos perjudica tanto”.
También reclama que las multas por este tipo de infracciones sean más elevadas, dado que “a menudo lo único que funciona es el castigo económico”.
Desde ASPAYM Madrid recuerdan que cada acto de uso fraudulento implica un obstáculo más para personas que dependen de estas plazas para acceder a su trabajo, al centro de salud o a una actividad cotidiana. La asociación insta a la ciudadanía a no mirar hacia otro lado y denunciar estas prácticas siempre que sea posible. “No es solo una cuestión legal, es una cuestión de ética y de respeto”, concluyen desde la entidad. “Solo con responsabilidad, empatía y compromiso social podremos construir una sociedad verdaderamente inclusiva”.