La incorporación de la actividad física al abordaje integral de las personas con trastorno mental grave no solo mejora su salud física y bienestar emocional, sino que también reduce el gasto sanitario y favorece la inclusión social. Así lo confirma un estudio impulsado por la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (Faisem), en colaboración con el Centro Andaluz de Medicina del Deporte y la Universidad de Almería. Según el estudio, la práctica regular de deporte reduce las recaídas, las hospitalizaciones y el consumo de psicofármacos, lo que se traduce en un ahorro medio de 127 euros por persona y mes en gasto farmacológico y hospitalario. Así, los resultados respaldan la inclusión de programas de actividad física en el futuro como una herramienta eficaz para optimizar la atención a estos pacientes.
El proyecto, que se ha desarrollado durante dos años, evaluó a 156 participantes —la mitad en un grupo experimental sometido a un programa de actividad física y la otra mitad como grupo de control—. Los resultados muestran mejoras significativas en la composición corporal, la condición física, la reducción del tabaquismo y, especialmente, en el bienestar psicológico de los participantes que realizaron ejercicio.
Los responsables del estudio subrayan que las personas con trastorno mental grave tienen una esperanza de vida entre 15 y 20 años menor que la población general, debido a factores asociados como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, la mala alimentación o los efectos secundarios de la medicación. Por eso, la actividad física se presenta como una intervención clave no solo para su salud física, sino también para su bienestar emocional y su integración social.
Un programa de deporte consolidado
Durante la presentación del estudio, representantes de la Consejería de Salud y Consumo, autoridades locales, miembros de la Comisión Andaluza de Deportes y Salud Mental y del movimiento asociativo han coincidido en la necesidad de consolidar este enfoque. Además, han defendido la importancia de reforzar las políticas públicas para garantizar el acceso al deporte como un derecho ciudadano y como herramienta esencial en los procesos de recuperación en salud mental.
El estudio reafirma la experiencia acumulada en iniciativas de Faisem y confirma el valor del deporte como una intervención integral que aporta beneficios físicos, emocionales y sociales. Para sus responsables, esta evidencia científica refuerza la necesidad de consolidar políticas de salud que integren la actividad física en la atención a la salud mental, considerando su impacto directo en la reducción del gasto sanitario y en la mejora del pronóstico de los pacientes.
El programa de deporte de Faisem, con más de 20 años de trayectoria, moviliza anualmente a más de 2.000 participantes y ha generado experiencias exitosas en toda Andalucía, como el Tiqui Taca por la Salud Mental, el Foro de Deportes y Salud Mental de Almería, las competiciones de Sevilla, Málaga y Jaén, o el Circuito de Deportes y Playa de Islantilla. Según Maraver, el deporte es un “medicamento genérico y universal” que ayuda a proyectar una imagen positiva de las personas con trastorno mental, lejos de estigmas y prejuicios.