Una nueva herramienta no invasiva desarrollada por GoodGut, empresa biotecnológica del grupo HIPRA, ha demostrado ser eficaz para mejorar la detección precoz del cáncer colorrectal (CCR). Esta innovadora solución se basa en el análisis de la microbiota intestinal mediante PCR cuantitativa y se plantea como una estrategia complementaria al test de sangre oculta en heces (TSOHi), utilizado actualmente en los programas de cribado. Su aplicación permitiría reducir falsos positivos, evitar miles de colonoscopias innecesarias y ahorrar más de 10 millones de euros anuales si se implementara a nivel nacional.

Los resultados de un estudio multicéntrico liderado por el Hospital Universitari Sant Joan de Reus y desarrollado en cinco hospitales públicos de Cataluña, muestran que esta herramienta puede tener un impacto clínico y económico significativo en el programa nacional de cribado del CCR. En concreto, se ha observado una reducción del 18,4% en falsos positivos y una sensibilidad del 95,5% en la detección de cáncer colorrectal, manteniendo una alta precisión diagnóstica sin añadir carga asistencial al sistema sanitario.

Un tumor con alta incidencia

El cáncer colorrectal es el tumor con mayor incidencia en España, con más de 44.500 nuevos casos estimados en 2025, según datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Se trata también de la segunda causa de muerte por cáncer, con 15.385 fallecimientos registrados en 2023, solo por detrás del cáncer de pulmón.

Pese a su elevada prevalencia, el cáncer colorrectal es uno de los tumores con mejor pronóstico cuando se detecta a tiempo: la supervivencia a cinco años puede alcanzar el 90% si se diagnostica en fases tempranas. De ahí la importancia crucial de los programas de cribado, como el que impulsa el Ministerio de Sanidad, que recientemente ha anunciado su ampliación hasta los 74 años de edad.

Sin embargo, el sistema actual presenta desafíos significativos: la participación ciudadana en el cribado sigue siendo inferior al 45%, y hasta el 60% de las colonoscopias realizadas no detectan hallazgos relevantes, lo que supone una utilización ineficiente de recursos y un factor de presión añadido para un sistema sanitario con limitaciones de personal y capacidad técnica.

Una solución costo-efectiva

La prueba desarrollada por GoodGut se plantea como una herramienta de triaje de segunda línea que se activa tras un resultado positivo en el test de sangre oculta en heces. Utilizando el mismo colector de muestra y una técnica de bajo coste como la PCR, el test analiza biomarcadores de microbiota intestinal asociados al CCR, lo que permite mejorar la estratificación del riesgo y evitar procedimientos invasivos innecesarios.

“El objetivo del estudio fue evaluar el impacto clínico y presupuestario de la prueba como complemento al circuito actual de cribado, y los datos muestran que se trata de una solución eficaz, segura y fácilmente integrable”, explica Jaume Galceran, director del Servicio de Epidemiología y Prevención del Cáncer del Hospital de Reus y coordinador del estudio.

Solo en Cataluña, el uso de esta herramienta podría evitar más de 4.300 colonoscopias al año, con un ahorro superior al millón de euros. Si se extendiera a todo el territorio nacional, el impacto sería aún mayor: se estima que el ahorro superaría los 10 millones de euros anuales, al tiempo que se mejoraría la eficiencia del programa y se acortarían las listas de espera para pruebas diagnósticas.

Validación en condiciones reales de práctica clínica

El estudio se llevó a cabo con una muestra de más de 2.000 personas en cinco hospitales catalanes y fue diseñado para validar la prueba en condiciones reales del sistema público de salud. Los resultados, según los investigadores, son concluyentes: el test no solo reduce el número de falsos positivos, sino que permite mantener la calidad diagnóstica sin sobrecargar los recursos ya existentes.

“Es una mejora sustancial en términos de coste-efectividad, ya que permite hacer un uso más racional de las colonoscopias sin comprometer la capacidad de detección”, afirma Galceran. La prueba también ofrece una alternativa viable para mejorar la adherencia al cribado, ya que su carácter no invasivo y sencillo podría animar a más personas a participar en los programas de detección precoz.

Además, al tratarse de una prueba no invasiva, sencilla de realizar y de bajo coste, se convierte en una herramienta clave para incrementar la participación en los programas de cribado, un aspecto fundamental para aumentar la tasa de diagnóstico temprano y reducir la mortalidad.

La integración de tecnologías como esta en los sistemas públicos de salud puede marcar la diferencia en el abordaje de enfermedades con alta prevalencia y mortalidad como el cáncer colorrectal. Su adopción generalizada, acompañada de campañas informativas y medidas de accesibilidad, podría mejorar significativamente los resultados en salud pública en los próximos años.