Un fallo en el circuito de notificación del programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía ha dejado al menos a 2.000 mujeres sin saber si sus mamografías, clasificadas como “no concluyentes” o con “lesiones dudosas”, requerían seguimiento. Ante esta situación, la administración regional ha anunciado que contactará con cada una de ellas, revisará los protocolos y activará un “circuito preferente”.

El problema se produjo por una laguna administrativa en el manejo de resultados intermedios: mientras los informes que resultaban claramente negativos o positivos sí llegaban a las personas evaluadas, no existía un procedimiento sistemático para notificar aquellas mamografías en una zona gris —es decir, aquellas consideradas “no concluyentes” o con dudas diagnósticas—, lo que ocasionó omisiones y demoras en las segundas pruebas correspondientes. Las autoridades sanitarias admiten que no se diseñó un circuito específico para esos casos al inicio del programa.

Afectadas y posibles consecuencias

El cribado del cáncer de mama mediante mamografía periódica es una estrategia consolidada para detectar lesiones en fases tempranas, cuando el tratamiento resulta más efectivo y las tasas de supervivencia suelen ser más elevadas. Un retraso o una omisión en la continuidad del proceso puede dejar consecuencias clínicas importantes para las mujeres afectadas. Para las mujeres en edad de cribado —por lo general entre 50 y 69 años en muchos programas— es recomendable prestar atención a las citaciones médicas, preguntar sobre cualquier resultado etiquetado como “duda” o “no concluido” y exigir que, en tales casos, se asegure el seguimiento clínico.

En el caso concreto de Andalucía, las mujeres afectadas son aquellas cuyos estudios no recibieron una notificación para realizar pruebas complementarias. Muchas de ellas desconocieron que su examen requería seguimiento y, en algunos casos relatados públicamente, los retrasos han sido de meses a años. Las afectadas exigen que se revise de forma retrospectiva su caso, que se garantice una auditoría externa de los circuitos de cribado y que se refuercen los mecanismos de transparencia para evitar fallos similares en el futuro. También consideran impulsar acciones colectivas legales.

La asociación de mujeres afectadas Amama fue clave en visibilizar el problema al recopilar testimonios y reclamar explicaciones públicas. Su presidenta ha expresado su preocupación por la posibilidad de que muchas mujeres nunca supieran que su resultado había quedado sin seguimiento.

Tras la exposición mediática del problema, la Consejería de Salud de Andalucía indicó que activará un “circuito preferente” para dar prioridad al seguimiento de estas mujeres afectadas. Se comprometió a contactarlas “una por una” para aclarar su situación y programar las pruebas que correspondan. También se prevé modificar el protocolo de comunicación para que todo resultado dudoso sea notificado de inmediato. La administración ha anunciado una auditoría interna y cambios en los procedimientos, con el objetivo de garantizar que no vuelvan a producirse vacíos en la comunicación de resultados intermedios del cribado mamográfico.

Por su parte, la Fiscalía Superior de Andalucía abrió una investigación tras la denuncia pública del caso, y el Ministerio de Sanidad pidió un informe oficial sobre lo ocurrido, solicitando “máxima transparencia”. Sindicatos del ámbito sanitario también han advertido que no se ha delimitado con precisión la magnitud del fallo y alertan de que podría haber casos similares en otros programas de cribado, como el de cáncer de colon.