El uso inadecuado de los antibióticos en medicina, el abuso de ellos en veterinaria y las malas condiciones de higiene en la cadena alimentaria han disparado las alarmas de la UE, que ha visto como el número de muertes por infecciones de bacterias multirresistentes no para de crecer. Para luchar contra esta amenaza, el Parlamento Europeo ha dado a conocer una serie de medidas que, según el presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), Dr.  Ramón Cisterna, son insuficientes.

“La resistencia a los antimicrobianos está interconectada entre los microorganismos del mundo animal, el humano y el medio ambiente, y la Comisión Europea solamente enfatiza sobre los pasos a seguir en salud humana”, explica el presidente de la AMYS.

La UE opta por restringir la venta de antibióticos, fomentar la invención de pruebas de diagnóstico rápido que determinen si un agente es bacteriano o viral y estimular la investigación en nuevas sustancias. Sin embargo, “la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo no señala posibles vías de actuación en algo que es fundamental como es el uso no sanitario e indiscriminado que se hace de los antibióticos en el mundo animal, que es sin duda uno de los factores determinantes en el desarrollo de esta resistencia”, añade el Dr. Cisterna. Si bien existe una regulación sobre la dispensación de los antibióticos en animales, desde la AMYS apuntan que faltan mecanismos de control.

En la lucha contra los organismos multirresistentes, además de promover el uso prudente de los antibióticos entre los profesionales que trabajan en el ámbito veterinario, el experto recalca la importancia de destinar fondos de desarrollo promocional hacia grupos de trabajo, empresas, start-ups, universidades o farmacias. Todo ello, incentivando la búsqueda de nuevas sustancias con potencial antimicrobiano pero sin olvidar la posibilidad de uso de elementos biológicos.

“Mientras esperamos el desarrollo de nuevas moléculas antibióticas y para no quedarnos sin antibióticos eficaces, debemos proteger los que tenemos” asegura presidente de la AMYS, ya que si esta tendencia a la resistencia de medicamentos continúa, se estima que en 2050 el número de fallecidos por organismos resistentes a los antimicrobianos superaría a los de cáncer o accidentes de tráfico.

Ante este escenario, el Dr. Cisterna asegura que el profesional sanitario debe ser conocedor de los procedimientos existentes para mejorar su eficacia, prescribiendo el más adecuado para cada situación. “La contribución de los expertos en Microbiología Clínica es indispensable si se quiere frenar el avance de la resistencia bacteriana porque aportan una visión más actualizada y positiva al empleo de métodos diagnósticos adecuados a cada situación, proponiendo alternativas terapéuticas válidas para cada paciente”, apostilla.