En los meses de verano, millones de personas en España cambian temporalmente su lugar de residencia para disfrutar de la playa, el turismo rural o las fiestas populares. Este desplazamiento, junto con un aumento de la actividad física y una menor vinculación con el centro de salud habitual, plantea dificultades para el seguimiento de patologías crónicas, embarazos y la detección de problemas de salud más frecuentes en esta época del año. Una problemática que puede resolverse con sistemas de ultrasonidos.

En zonas que multiplican su población en agosto o en municipios con infraestructuras sanitarias limitadas, disponer de ecógrafos, fijos o portátiles, permite a los profesionales de la salud ofrecer diagnósticos inmediatos y sin necesidad de derivaciones. La ecografía, además, es una técnica segura, sin radiación y con capacidad para abordar desde casos de urgencia hasta revisiones de control.

Y es que los sistemas de ultrasonidos destacan por su capacidad para realizar exploraciones en el mismo lugar donde se encuentra el paciente, lo que evita traslados que pueden retrasar la atención y generar complicaciones. “Cada vez más centros de atención primaria cuentan con ecógrafos que permiten valorar in situ problemas abdominales, musculoesqueléticos, ginecológicos o vasculares. Esta capacidad de dar una respuesta inmediata es muy importante para garantizar una atención de calidad en pleno verano”, señala Carlos Ros, responsable del área de Ultrasonidos en Fujifilm Healthcare España.

Atención a pacientes crónicos

Personas con enfermedades crónicas, como insuficiencia renal, patología hepática o problemas cardíacos pueden necesitar controles médicos durante las vacaciones. La ecografía es especialmente útil para monitorizar su estado de salud y descartar alteraciones que requieran una intervención temprana.

También es útil para las mujeres embarazadas que pasan parte del verano lejos de su ginecólogo habitual. En estos casos, la ecografía se convierte en la herramienta más eficaz para evaluar el bienestar fetal, controlar el líquido amniótico, detectar contracciones o descartar complicaciones, sin poner en riesgo ni a la madre ni al bebé.

Además, en verano son habituales dolencias como cálculos renales —favorecidos por la deshidratación—, infecciones urinarias, traumatismos por actividades deportivas, picaduras o trombosis tras largos desplazamientos. En todos estos casos, la posibilidad de realizar una ecografía inmediata ayuda a un diagnóstico precoz y a la toma rápida de decisiones clínicas.

Por otra parte, la portabilidad de algunos equipos actuales, que incluso caben en una mochila y funcionan con baterías de larga duración, permite su uso en campamentos, eventos deportivos o zonas turísticas sin acceso rápido a grandes hospitales. “Contamos incluso con equipos que caben en una mochila, con baterías de larga duración y capacidad para compartir imágenes en tiempo real con especialistas en remoto”, destaca Ros.