Las enfermedades cardiovasculares (ECV) continúan siendo la principal causa de muerte en España y en buena parte del mundo. Conscientes del impacto que estas patologías tienen sobre la salud pública, las comisiones de sanidad del Congreso de los Diputados y de varios Parlamentos autonómicos han suscrito la Declaración “Comprometidos por el corazón”, una iniciativa que busca reforzar la prevención, promoción, diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.
El documento firmado recoge el compromiso de los firmantes de impulsar medidas que contribuyan a mejorar la esperanza y calidad de vida de los pacientes con ECV. Entre ellas, se incluyen acciones de promoción de la salud, prevención, rehabilitación y mejora del acceso a una atención sanitaria equitativa, integrada, continuada y centrada en la persona. También se señala la necesidad de reducir las desigualdades sociales, de género y geográficas que afectan a la salud cardiovascular, y de cumplir con los compromisos internacionales en el abordaje de las enfermedades no transmisibles.
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El acto de firma, celebrado en Madrid con motivo del Día Mundial del Corazón, ha sido impulsado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC), con la colaboración de Novartis. El presidente de la SEC, el Dr. Luis Rodríguez Padial, considera que la firma de la Declaración “es un avance significativo para posicionar a las enfermedades cardiovasculares como una prioridad en la agenda política, dado su alto impacto social y económico”. Por su parte, el Dr. Andrés Íñiguez Romo, presidente de la FEC, ha señalado que “esta iniciativa refuerza el papel de la prevención y promoción de la salud cardiovascular en nuestro sistema sanitario” y que “el compromiso político es clave para reducir el impacto de estas enfermedades”.
Primera causa de muerte en España
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 las enfermedades cardiovasculares fueron responsables del 26,5% de todas las defunciones en España, lo que supone más de 115.000 fallecimientos en un solo año. A nivel europeo, estas patologías provocan cerca de 1,24 millones de episodios coronarios agudos al año y afectan a unos 60 millones de personas. Las cifras sitúan a las ECV como un desafío sanitario prioritario, tanto por su elevada mortalidad como por el fuerte impacto en la calidad de vida de los pacientes y la sobrecarga que representan para los sistemas de salud.
Pese a la magnitud del problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares son prevenibles. La clave, según los expertos, está en adoptar hábitos de vida saludables, mejorar el acceso a los controles de salud cardiovascular y fortalecer las políticas públicas de prevención primaria y secundaria.
Una declaración con evidencia científica
Hasta el momento, han suscrito la Declaración “Comprometidos por el corazón” las comisiones de sanidad del Congreso de los Diputados y de los Parlamentos autonómicos de Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias, La Rioja, Murcia, Extremadura, Baleares, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
La iniciativa se enmarca también dentro de los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que establece como meta la reducción de un tercio de las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para el año 2030. En el corto plazo, se mantiene el objetivo intermedio de reducirlas en un 25% para 2025, una fecha que se aproxima rápidamente.