Tras 160 años de uso de jeringuillas, ofrecen un resultado "impresionante" en animales

Las vacunas podrían empezar a administrarse a través de parches en solo tres años

Publicado el por Somos Pacientes

Prof. Mark Kendall

El profesor Mark Kendall, investigador del Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de la Universidad de Queensland (Australia), ha diseñado un nuevo sistema de nanoparches que posibilita la administración de vacunas sin necesidad de usar agujas.

Concretamente, y tras 160 años de uso de jeringuillas, Kendall ha desarrollado una nueva forma de administrar vacunas por medio de parches del tamaño de una yema del dedo que, si bien aún en modelos animales, «ha demostrado unos resultados impresionantes«, apunta el investigador.

Por ello, la compañía farmacéutica Merck Sharp & Dohme (MSD) ha concedido una beca a Kendall para tratar de desarrollar en los próximos tres años un dispositivo que resulte eficaz en humanos.

Indoloras y más baratas

El nanoparche está diseñado para administrar una pequeña cantidad de vacuna justo debajo de la piel –sin necesidad de pinchazos–, logrando que el compuesto genere la misma respuesta inmune que una vacuna convencional con tan solo una fracción de la dosis necesaria.

Para ello, se utiliza una vacuna «en forma seca, que no necesita refrigeración para su mantenimiento ni personal sanitario cualificado para su administración», explica Kendall.

La nueva vía de administración ya ha sido probada en ratones con diferentes vacunas, entre otras las de la gripe, la del virus del papiloma humano (VPH) o la de la fiebre de chikungunya. «Y hemos demostrado que tan solo se necesita una pequeña fracción de la dosis, tal vez 100 veces menos, para obtener la misma respuesta inmune», destaca el investigador.

Es más; el uso de nanoparches no solo eliminaría el dolor –y temor– asociado con las agujas, sino que resultaría mucho más barato –menos de un dólar estadounidense por dosis–. Y además, dado que no requieren refrigeración ni personal cualificado para su administración, resultarían mucho más asequibles en los países en vías de desarrollo.